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Afrodita-Lili

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Venus-Idlu

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Atenea-Lilu

Capítulo 51 Al borde del precipicio

  • Foto del escritor: denovelasvalacosa
    denovelasvalacosa
  • 6 feb 2022
  • 11 Min. de lectura

Actualizado: 9 may 2022

Lovi volvió a lavarse la cara con la esperanza de despejarse. Debía tomar el avión temprano en la mañana y apenas había podido dormir con tanto nervio. Su primo se iba a casar y ella iba a estar ahí durante todo el proceso. Christopher se había ofrecido para llevarla al aeropuerto y aunque ella intentó negarse, él insistió en que quería despedirse de ella como era debido. <<Ya estoy en la puerta. ¿Lista?>> La Diosa se dio un último vistazo en el espejo y aun tenía los ojos rojos a causa del sueño, algo que no pasó inadvertido por el ecuatoriano en cuanto la vio cruzar la puerta. —¿Estás bien, bella? —le preguntó un tanto preocupado pues pensó que quizá había estado llorando. —Sí, es sólo que no dormí muy bien. —Debiste dormir conmigo, hubieras descansado mejor —le guiñó un ojo, coqueto y acto seguido se arrepintió de sus palabras. Afrodita se rio casi sin ganas y después miró al frente esperando que arrancara el coche.

Para cuando llegaron al aeropuerto, Christopher bajó su maleta del auto y una bolsa que la Diosa no había llevado, algo que no llamó su atención pues estaba más interesada en llegar a la puerta y ver cuanta gente había en la cola de seguridad. —Lof, no te olvides tus cosas. —Le dijo al ver que seguía de largo. Ella volteó hacia él, quien sonrió triste pues el momento de la despedida llegaba. —Te traje algo para que disfrutes durante el vuelo. Le entregó su maleta y la bolsa de papel que llevaba en su mano. De ella sacó un libro forrado en cuero falso. Era precioso. Lo abrió para leer lo que rezaba el título y una rosa naranja con las puntas rojas, que previamente había sido secada, cayó. —¿Qué es esto? —Christopher la levantó y se la entregó de nuevo. —Encontré este libro en una tienda de segunda mano. Es un manuscrito, nunca ha sido publicado. Comencé a leerlo hace unos días y pensé que la trama te gustaría. Es de fantasía. —¡Me encantan las novelas de fantasía! —Lo sé, creo que me lo contaste alguna vez mientras te enseñaba a patinar. —Muchas gracias, Chris, pero no hacía falta. Tampoco la rosa. —Se llaman Confidential y siempre que las veo me acuerdo de ti. Usalo de marca páginas. —¿Por qué te recuerdan a mi? —estaba sorprendida. —Es diferente, como tú y no sólo tienen un color, tienen varios, como tú. Siento que el naranja representa todo lo que muestras que eres, pero el rojo, el color más intenso, el más puro, es todo aquello que no muestras, lo que escondes, no sé si por miedo a salir lastimada o por el que dirán. Pero es esa pequeña parte de ti que muy pocos conocen. Además de su nombre, claro... —Le guiñó un ojo haciendo referencia a lo que había pasado entre ellos. —Yo no escondo nada, soy lo que ves. —Claro, yo si lo veo, yo veo muchas cosas en ti, Lovi, pero no todo el mundo lo hace y lo sabes. De no ocultar nada, tampoco ocultarías lo nuestro. —Estaba dolido y se apreciaba en su rostro. Afrodita tragó duro, pues aunque no era su intención, las palabras que había usado lastimaron su sensible corazón. —No hay nuestro, Chris, nosotros sólo somos amigos. Dos amigos que cometieron el error de acostarse en una noche de borrachera. —Dos —cada vez le hería más. —Whatever... —Y no nos acostamos únicamente borrachos, Afrodita. ¿No te das cuenta de que lo que me dices... —se quedó callado al ver cómo ella volvía a meter el libro en la bolsa y con él, la rosa. —Me tengo que ir, Chris. No tengo tiempo para esto ahora mismo. Tú y yo somos solo amigos, no lo olvides y todo será más fácil.

Venus estaba demacrada aquella mañana. Se miraba repetidamente al espejo tratando de sonreír para verse mejor, pero entre las náuseas matutinas, las noches de duro trabajo cubriendo a Lovi, las citas con Zabdiel, donde todo se volvía más intenso y su hijo que crecía demasiado rápido, ya no podía más. No quería seguir fingiendo que nada pasaba y sentía cada vez más el impulso de confesarle a todos su situación, pero veía injusto hacerlo sin Afrodita presente. Se vistió con lo primero que encontró, no tenía ánimos de arreglarse ni siquiera un poco, y cargando con sus cosas, salió de casa dirección al hospital, ya que tenía que hacerse la primera ecografía. —Erick ¿Qué haces acá? —preguntó sorprendida al verle frente a su edificio. —Asere, mami ¿No pensaría que la iba a dejar sola en un día como este? No, no, yo voy con usted. Vee sintió ganas de llorar y abrazó a su amigo con tanta fuerza que sus hermosos ojos verdes estuvieron a punto de saltar de las cuencas. Al llegar a la consulta, tras casi una hora de espera, los nervios de la Diosa habían aumentado exponencialmente, pues escuchar los latidos del corazoncito del bebé haría que mil sensaciones viajaran por todo su cuerpo. —Enhorabuena a los dos, van a ser papás en aproximadamente treinta y un semanas. —No, no, yo no... —¿Quiere decir que estoy de dos meses? —interrumpió la aclaración del cubano. —Sí, querida. Nueve semanas para ser más exactos. Vee retrocedió en el tiempo como si automáticamente hubiera adquirido el poder de recordarlo todo y se vio a si misma en la cama de Zabdiel, totalmente desaforada y acalorada, montando al boricua sin ningún pudor y... Y sin ningún cuidado. —Pero me tomo la píldora —se quejó aun a sabiendas de que eso no significaba nada. —A veces no son tan efectivas. Fallas a la hora de tomarlas en varias ocasiones o tomas antibióticos y... Hay siempre un porcentaje de error. —¡Mierda!

Christopher se encontraba de mal humor. Habían pasado el día anterior ensayando y preparando escenas para la filmación y no sólo estaba completamente agotado, sino que extrañaba tanto a Lovi que recordar como se hablaron antes de que ella se fuera, le carcomía. Había intentado ponerse en contacto con ella en varias ocasiones a lo largo de la semana, pero las únicas noticias que recibía eran de la boca de Joel o las chicas, ya que había privatizado su Instagram y él no la seguía, pues había sido el trato al que habían llegado todos al conocerse. Se sentó en la terraza a ver las horas pasar mientras acariciaba el lomo de Ollie cuando no aguantó las ganas y volvió a llamar. Un tono, dos tonos, tres tonos... Nada. Una lágrima comenzó a resbalar por su mejilla, pero rápidamente la secó y, determinado, borró su número, como si con eso fuese a borrar sus sentimientos. Acto seguido se arrepintió, pero ya no podía volver atrás.

Afrodita dormía enroscada al cuerpo de su primo. Habían pasado varios días de tienda en tienda viendo trajes para la boda y había ido a la cata del catering para conocer a la novia. La chica era divina y muy dulce, algo que sintió perfecto para su primo. Estaba agotada, no podía ni con sus pies ni con su alma, así que le pidió a Tito que aquella tarde la pasaran tirados en la cama viendo películas y durmiendo la siesta. Al despertar, Lovi encontró en su teléfono una llamada perdida que le movilizó todo internamente. —¿Qué pasa? —se interesó su primo al ver su cara. —Nada. —El que nada no se ahoga. —Automatizó. Nadie podía negar que eran familia—. Conozco tus caras, tus gestos... ¿Quién era? —Nadie, sólo un amigo. —Su primo alzó una ceja—. Está bien —se sentaron en la cama para verse más cómodos—, le conocí hace un tiempo, es un amor de chico, pero no confío en él, no puedo. —¿Por qué no? —Cuando nos conocimos yo estaba dispuesta a todo con él, pero me demostró que el interés que tenía en mí se esfumaba en cuanto alguien más atractivo se le paraba delante. Así que... Decidí que lo mejor era comerme a su mejor amigo. —¿Perdona, qué? —Bueno, me dolió como me ignoró y Zabdiel... Ese hombre es hermoso y un buenazo. —Pero... —Pero no es para mí. —Has soñado con alguien. —Afirmó. —Tiene fama de mujeriego y muy bien ganada. No me da la gana de hacerme ilusiones para que después me haga cachitos el corazón y el alma. —Love, sabes que eso no funciona así. Si sueñas con alguien es porque va a ser el amor de tu vida. —Eso no quiere decir que vaya a ser fácil y yo no estoy dispuesta a pasarlo mal ahora. Sí, puede que él sea el hombre de mis sueños, también puede no serlo, nunca le vi la cara... —¿Entonces no has vivido aún tu sueño? —Eh... —Estás enamorada. Afrodita, deja de ignorar tu Don, por favor. Soñaste con él, viviste el momento y te diste cuenta de que estabas enamorada de él, sé como funciona, te recuerdo que somos familia. Entiendo que en tu vida te han lastimado mucho, te he visto llorar por todos los que te rompieron el corazón, pero eso no quiere decir que debas negar lo que está escrito. —No hay nada escrito, Tito. Él y yo somos amigos y listo. Además, ya me he metido en la cama de dos de los chicos de su grupo, sería muy feo hacerlo en la suya también. —Osea, que no te has acostado con él. —No... Bueno, sí, pero estábamos borrachos y luego nos dejamos llevar por la pasión... —Se quedó callada y volvió a suspirar—. Mi sueño era la reproducción de la primera vez que nos acostamos. Pasó tal cual, detalle por detalle, sensación por sensación... —¿Y qué hiciste al darte cuenta? —Le mentí. Le dije que no me acordaba de nada. —¿Qué, por qué? Y la pregunta más importante ¿Te creyó? —Al principio sí, o al menos eso parecía. Hoy por hoy, lo dudo.

Vee salía del gimnasio con su hijo de la mano, habían pasado la tarde en la piscina y el pequeño había ido a clase de zumba infantil. Le parecía divertidísimo y algunos amiguitos de su escuela iban también. Al llegar a la puerta y como si el destino le dijera algo, se encontró a Zabdiel, quien caminaba con sus AirPods y una bolsa de la compra. —Hola hermosa. Hola campeón —saludó al pequeño también—. ¿Dónde van? —Voy a bañar al Tebbi y prepararé la cena antes de acostarme. Estoy que me caigo de sueño. —¿Puedo acompañarlos? Te ayudaré con la cena. Quizá así aprenda a cocinar algo rico. Venus quería hacerse la loca y decir que no, aún tenía en la cabeza el recuerdo del día que concibieron al niño que llevaba en su vientre. ¿Cómo le iba a decir a Zab que la única vez que no se pusieron condón ella se quedó embarazada? Después, de camino a casa, había recordado como en varias ocasiones había olvidado tomarse la pastilla por culpa de su falta de sueño y bueno, la suma de ambos errores le llevó a donde se encontraba en ese momento. —Mami, ¿tío Zabdiel va a vení con nosotros? Quiero enseñarle el nuevo baile. La Diosa miró a los ojitos de su hijo, después a los del boricua y asintió sin poder evitarlo.

Ya en su casa, mientras el pequeño se quitaba la ropa y el cantante se ponía cariñoso con ella, las palabras de Erick le asaltaron para desequilibrar su, ya de por sí, poca estabilidad emocional. "Tienes que hablar con Richard y Zabdiel, ellos tienen que saber que pueden ser papás. Ambos lo van a entender, pero debes hablar con ellos" No es que no quisiera contarle a su amigo que sabía quien era el padre, al menos que lo más probable era que fuese él, pero sentía tanto miedo a la posible reacción de todos los involucrados, que lo único que le respondió al cubano fue: "Soy yo quien va a dar a luz, soy yo quien decidirá en que momento habla con quien deba hablar. Erick, no te metas en esto". —Mamá, ya estoy ¿Me puede bañar el tío? Vee se quedó mirando a su hijo sin saber muy bien que decir, pero Zabdiel se adelantó y caminó en dirección al cuarto sin necesidad de aprobación. —Claro, Tebbi, yo te baño, así tu mamá puede descansar un ratito antes de que preparemos juntos la cena. La chilena, al ver como cerraba la puerta tras de sí, se sentó en el sofá, sollozó y aprovechó el ruido del agua al caer para tapar su llanto.

Erick tocó el timbre unas mil veces antes de usar su llave para entrar. Escuchaba ruido, sabía que el ecuatoriano estaba ahí, pero no quería abrir, lo que implicaba que algo estaba pasando. —Loco ¿Te quedaste sordo? —la televisión estaba demasiado alta en sus audífonos. Christopher dio un salto en la cama al verse de frente con el cubano. —¿Cómo has entrado? —paró el videojuego y pidió disculpas a sus seguidores que ya habían comenzado a saludar a Erick a través del chat de twitch. —Tengo mi llave y escuché ruido, pero no me abrías y pensé que algo te pasaba. —No, compadre, estaba jugando. ¿Pasó algo? —Erick suspiró. Necesitaba contarle a alguien lo que ocurría con Vee, ese secreto le estaba matando. —No, nada, es sólo que extraño a Selene. Hace tiempo que se fue y no veo la hora de volver a ver a mi mujer. —Uy, su mujer... —se burló el ecuatoriano—. Dejame que acabe el twitch y hablamos, si quieres. —Dale. Necesito que me ayudes con una canción que le estoy componiendo. —¿Algo para el álbum? —No, es sólo para ella. —Qué romántico. Al estar despechado, todo ese tema le molestaba, pero eso no debía influir en sus amigos. Mientras entre los dos escribían una letra en la que hablaban de cómo los ojos azules de la Diosa habían llenado el alma de Erick, el teléfono de Christopher sonó y al ver que no conocía el número, lo ignoró y siguió a lo suyo. —¿Alguna chica a la que no quieras responder? —No sé, no conozco el número. Ya me conoces, no acepto llamadas de desconocidos desde que las fans acosaron a Joel.

Afrodita desistió tras un par de intentos, imaginó que estaría ocupado o enfadado, y motivos no le faltaban, pues había ignorado sus llamadas y mensajes a lo largo de la semana, así que decidió, tras hablar con su primo largo y tendido, que cuando volviera le explicaría como se sentía y que, a pesar del miedo que le daba que la volvieran a desequilibrar emocionalmente, le daría una oportunidad al amor que por él sentía. Chris había demostrado que le importaba, lo había hecho desde hacía tiempo y ella se dio cuenta de ello al contarle con todo el detalle que recordaba, los momentos vividos durante el último año y medio a su primo.

Por su parte, Venus, quien no podía controlar en lo absoluto sus emociones, como había estado haciendo hasta ese instante, trataba de manejar el llanto antes de que Zabdiel saliera del baño con su hijo, pero fue al escuchar la puerta de su dormitorio abrirse que el almuerzo le subió por la garganta y tuvo que correr hasta el baño haciendo a un lado al boricua que no entendía nada. —Mamá vuelve a estar enferma —afirmó Tebbi. —¿Le había pasado esto antes? —Cada mañana, aunque a veces también alguna tarde. —¿Sabes hace cuanto? —El pequeño se encogió de hombros. —Ven, quiero enseñarte un baile, tío, mamá se pondrá bien pronto. Zabdiel, sin despegar los ojos del dormitorio, se dejó llevar por el pequeño hasta el sillón y no le prestó atención hasta que la música comenzó a sonar y él a reclamar que le mirara. Para cuando Vee salió del baño, con la mano en el vientre, algo que hizo instintivamente y de lo que no se dio cuenta, Zabdiel volvió a mirarla y con el ceño fruncido preguntó si estaba bien. —Sí, la comida me debió sentar mal. Zabdiel —siguió hablando mientras entraba en la cocina— preferiría quedarme sola con mi hijo, si no te molesta. El boricua, por supuesto, se sintió dolido al ver, no sólo que le había mentido y no confiaba en él, sino también porque le estaba echando de su casa. —Vee, no tienes que cocinar ahora, siéntate o acuéstate, yo prepararé la cena. —De verdad que quiero estar sola. —No hagas esto. No me alejes de ti cuando te sientas mal, yo puedo ayudarte, estoy aquí para ayudarte. —Se acercó a ella— Ven —estiró su mano para que la tomase y ella, aunque poco decidida, le siguió hasta su dormitorio—, acuéstate, ahora te traigo una manzanilla caliente. Necesitas hidratante y descansar. Aunque no dijo nada en voz alta, miles de ideas se le pasaban al muchacho por la cabeza y entre ellas, una era la correcta. Pero ¿Cómo era posible que Vee estuviera embarazada? Y la pregunta más importante ¿De quién?

 
 
 

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2 Kommentare


Lou <3
Lou <3
06. Feb. 2022

Chris cómo es que no te acuerdas del número? Y lo más importante NO HAGAS UNA LOCURA!!

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Lou <3
Lou <3
06. Feb. 2022

AY SEÑOR!

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