Capítulo 49 Secretos
- denovelasvalacosa
- 14 ene 2022
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Dejó su boca y continuó besando su mandíbula. Su lengua se deslizó por la curvatura de su cuello y un pequeño mordisco fue a parar sobre su hombro derecho, mientras sus manos nerviosas y ansiosas buscaban la cremallera del vestido que la chica llevaba aquella noche; la bajó suavemente una vez la encontró, generando, así, una tensión desesperante y cuando el vestido se deslizó y cayó a sus pies, un precioso conjunto lencero quedó a la vista. Él se separó para observarlo, o eso pensó ella, y volvió a acercarse rápidamente para de nuevo devorar su boca, haciéndose dueño de cada estremecimiento que su lengua generaba.
Seguían un ritmo suave, como si llevasen años esperando el momento de saborearse, cuando, en esta ocasión, ella buscó el dobladillo de la camiseta, acercando sus manos peligrosamente al borde de su pantalón, lo que hizo que el muchacho temblase. Subió la camiseta y únicamente se permitieron separarse los segundos necesarios para que ésta pasase por encima de su cabeza. Sus suaves manos recorrieron su espalda consiguiendo que él se erizara bajo el cálido contacto de su piel.
Los besos se profundizaron y se volvieron cada vez más salvajes con cada paso que daban en dirección a la cama. Las manos ansiosas de Afrodita se dirigieron a su pantalón y tras sacar su cinturón, desabrochó el botón y mientras dejaba un río de besos por su torso, lo deslizó con cuidado por sus piernas, consiguiendo la completa desesperación del joven que ya no podía más con tanta lentitud.
Sujetó del brazo, con un poco de brusquedad, a la Diosa e hizo que se pusiera en pie de nuevo para, rápidamente, agarrar sus caderas y levantarla del suelo, haciendo que ella se acomodara con sus piernas al rededor de su cintura.
Sin dejar de besarse, se sentó en la cama y con ella a horcajadas, se deshizo de su pantalón torpemente mientras le quitaba también el sujetador. Observó brevemente lo que tenía delante y tras relamer sus labios se deleitó con su sabor. Las alternó con ganas, eran grandes, suaves y sabían deliciosamente. Lovi, que jamás había sentido nada cuando un hombre devoraba sus pechos, no pudo sino retorcerse de placer ante el movimiento de su lengua y los pellizcos de sus dientes. —Te necesito —gimió sin pudor; a lo que él respondió con un rápido movimiento, en el cual la dejaba sobre la cama, y sin perder tiempo, se deshacía de un tirón de su ropa interior.
Tebbi saltó sobre su madre, despertando a la Diosa antes de las ocho de la mañana.
La noche había sido larga para la chilena, pues se la había pasado chateando con Zabdiel, quien se negaba a perder a las dos chicas en una sola noche.
<<¿Cómo queda todo entre nosotros ahora?>> Le preguntó el cantante. <<¿Qué quieres decir?>> <<Me encantaría que nos siguiéramos viendo>> Una sonrisa tonta invadió el rostro de Vee, quien se obligó a borrarla en cuanto se dio cuenta. <<Dependerá de los planes que me propongas>> bromeó.
—Mom, ¿me llevarás al school today? —La hizo volver en sí.
—Claro, bebé, ve yendo al baño, ahora me levanto para prepararte el desayuno.
Salió de la cama y unas náuseas terribles hicieron que corriera hacia la cocina para echar todo lo que había comido la noche anterior.
—Mierda. —La última vez que Venus había vomitando dio positivo en el test de embarazo, pero ¿Cómo podía ser si ella se cuidaba siempre?
—Mommy, are you ok? —preguntó el pequeño al ver a su madre apoyada sobre la pila.
—Sí, mi amor, no te preocupes. —Se limpió con papel de cocina el sudor de la frente y los labios mientras dejaba el agua correr.
Afrodita abrió los ojos con dificultad, la luz que entraba por la ventana había hecho que despertara, pero con tanto alcohol como había bebido la noche anterior, la claridad le molestaba.
Tras parpadear varias veces para que sus pupilas se acomodasen sin causar demasiado dolor, se dio cuenta de que ese lugar no era su dormitorio.
Joel abrió la puerta y se le borró la sonrisa al encontrar a su amiga con los ojos aún rojos por las lágrimas que había derramado hacía apenas unas horas.
—¿Estás segura que quieres salir?
—Jojo, necesito emborracharme y dejar de pensar. No quiero hacer lo de siempre, no quiero torturarme mientras me arrepiento de haber abierto la boca.
—¿Y estás segura de que emborracharse es la mejor idea?
—No, pero al menos estarás ahí para cuidarme y que no haga ninguna estupidez.
Miró incrédula todo lo que le rodeaba y le dio la razón a Joel, no había sido una buena idea, para nada, haber salido la noche anterior.
Se llevó la mano a la frente a causa del pinchazo que acababa de sentir en su cabeza y dio un brinco en la cama al notar un pie tocándole la pierna.
La música invadía sus sentidos mientras meneaba las caderas en medio de la pista. Unas manos firmes rodeaban su cintura y su cadera y el calor de su aliento le erizaba la piel de la nuca.
Vagos recuerdos flasheaban la memoria de Lovi, quien con mucho miedo miró hacia su costado, esperando que todo aquello fuera sólo un sueño.
—Mierda— susurró al ver el rostro de quien descansaba a su lado.
Un ladrido, de repente, le hizo saltar y a él, abrir los ojos.
—Buenos días —dijo como si nada.
Afrodita abrió la puerta mientras se giraba para responder a Joel que le había preguntado si quería ir andando o en coche y se dio de bruces con Christopher, que tenía el puño alzado pues se disponía a tocar la puerta.
—Hey, Lovi ¿Qué haces por aquí? —Sus ojos recorrieron el cuerpo de la Diosa admirando el vestido que llevaba puesto.
—¡Chris! —le abrazó con cariño y él hundió la cara en su cuello, aspirando el olor de su perfume—. Nos vamos de fiesta ¿Quieres venir?
—Justo venía a ver si Joel quería hacer algo. Erick está despidiendo a Selene, Richard donde sus papás y Zabdiel no responde mis llamados. —El rostro de Afrodita se contrajo involuntariamente al escuchar el último nombre.
—¿Soy tu última opción? —Joel se acercó a la puerta con el ceño fruncido.
—No, —se pasó la mano por el cuello— solo que pensé que estarías con Aldana, hasta que vi en sus historias que había salido con sus amigas.
—No le des explicaciones y vámonos ya, quiero emborracharme y si no empiezo pronto, terminaré con las existencias de Jojo.
—Si tienes que beber de lo que Joel tiene en casa, te vas a quedar con sed.
Atenea recogía sus cosas cuando el cubano entró en la habitación con una bandeja en la mano.
—¿Te vas?
—Esto no debió pasar.
—¿El qué exactamente? —Preguntó con el ceño fruncido.
La rubia suspiró mientras buscaba las palabras adecuadas.
—Me gustas, Batista, eso está claro, me gustas desde el día uno, pero esto no puede ser. —Una sonrisa pícara afloró por un segundo en la cara del chico—. No me mires así —se rio la Diosa— te estoy hablando en serio.
—Pues no entiendo cual es el problema. Tú también me gustas y mucho, mami. —Las mariposas del estómago de Atenea iban a causar un tsunami.
—¿Mucho? —Bryan dejó la bandeja sobre la cómoda y se acercó a ella muy despacio mientras sus ojos expresaban lo mucho que deseaba repetir lo de aquella noche.
—Mucho.
Tebbi agarraba a su madre de la mano mientras caminaban por la calle en dirección al colegio. Era chiquito, sí, pero no tonto y sabía que algo estaba pasando y que su madre no le quería contar pues en su mirada podía ver la angustia.
—Mom, ¿estás bien? —Vee miró hacia abajo aparentando tranquilidad cuando su estómago estaba clamando por volver a sacar lo que contenía en su interior.
—Sí, cariño, estoy bien, no te preocupes.
—No tienes buena cara —le dijo como todo un hombrecito.
—Bueno, debió sentarme mal la cena, bebé, sólo eso.
Christopher se desperezó con una sonrisa dulce en los labios que se volvió amarga en cuanto el rostro de Afrodita le confirmó que algo iba mal.
—Bue... Buenos días —se veía nerviosa—. ¿Qué... Qué pasó anoche?
La tercera ronda de tequilas y una copa más para la Diosa estaban esperando en la barra mientras Joel regresaba del baño.
—¿Por qué necesitas emborracharte, Lof? —preguntó con cautela el ecuatoriano.
—Las heridas siempre sanan con alcohol.
—También pueden doler más... ¿Qué ha pasado?
—Terminé con todo. —Aunque veía tristeza en los ojos de su amiga, Christopher no pudo evitar alegrarse por sus palabras.
—¿Qué me perdí? —Intervino el mexicano— Uuh, otra ronda de tequila ¿A caso quieres matarme de coma etílico?
—No seas flojito, si yo puedo, tú también.
Chris miró a quien tenía a su lado, incrédulo y un poco molesto y triste por la pregunta que le había hecho. ¿no era obvio? Ambos estaban desnudos y había ropa por todas partes.
—No sé lo que pasó, pero me lo puedo imaginar —No pudo mirarla a la cara mientras hablaba pues sabría que estaba mintiendo.
—¿Tampoco te acuerdas? ¿Cuanto bebimos anoche?
—Perdí la cuenta tras el cuarto shot —confesó.
La Diosa trató de aguantar la risa, pero no pudo y fue entonces cuando los ánimos se relajaron.
—¿Quieres desayunar?
—Me encantaría —Lovi se sentó en la cama mientras cubría su cuerpo con las sábanas y él se acomodó los boxers que estaban sobre la mesita de noche antes de salir de ella y entrar en el baño.
Joel agarró su vaso de agua y se fue hacia el reservado seguido por sus amigos, quienes se agarraban de la mano disque para no perderse.
Sentados en el sillón comenzaron los juegos de verdad o atrevimiento, donde Joel retó a Lovi a sacar a bailar a un chico que llevaba toda la noche mirándola. Algo que no le hizo especial ilusión al ecuatoriano quien con reprobación le dio una mirada que consiguió que Joel sólo se escogiera de hombros.
La Diosa se acercó al rubio y con una sonrisa estiró su mano para animarle a bailar la salsa que estaba sonando, mientras que Christopher sólo quería salir de ahí. Agarró su copa y sin decir nada cruzó la pista tan rápido como pudo y pasó por el costado de Afrodita soltando un suspiro de manera involuntaria.
Cuando el cantante salió del baño con la cara mojada, el pelo revuelto y húmedo y sólo con un pantalón de algodón que le marcaba a la perfección la pequeña erección mañanera que aún cargaba, Lovi se atragantó con su saliva.
Su dedo índice repasaba el tatuaje en su brazo mientras le preguntaba que era lo que le tenía tan afligido como para seguir fumando, pues aunque al principio se molestó y le tiró el paquete con rabia al suelo, estaba claro que algo no iba bien y que por eso ahogaba sus problemas entre humo tal y como ella hacía con el alcohol.
—Nada, Lovi, todo está bien —apretó los dientes marcando su mandíbula y ella, al darse cuenta, le pasó el pulgar por la misma, creando en ambos una tormenta de sensaciones.
—Chris...
—Chicos ¿Qué hacen acá? —la española se separó de golpe unos centímetros de él y dejó a la vista lo que había en el suelo.
—¿De verdad, Christopher?
—Ya, déjenme en paz los dos. —Sonaba molesto.
—Tranquilo, yo me voy ya, Aldana acaba de llegar a casa y clama por su hombre. ¿Les puedo dejar solos? ¿Lovi, vas a cuidar de él? —preguntó con sorna.
—Ve tranquilo, nosotros nos bebemos la última y nos vamos también.
—¿Quieres beber más? —preguntó incrédulo el ecuatoriano.
Había visto a Lovi borracha en contadas ocasiones y nunca había aguantado tanto como aquella noche.
La española salió del cuarto de baño tras darse una ducha rápida y ponerse la ropa de Chris para sentirse un poco más cómoda. Llevaba años soñando con conocerle y poder atacar su armario y al fin podía cumplir con ello.
—Estoy preparando huevos con jamón ¿te gusta?
—Sí, claro —le regaló una sonrisa y él hizo lo mismo.
—Te queda bien mi pantalón, deberías quedártelo.
Llevaba puesto el merchandising de Honey boo que tantas veces había visto y tanto le gustaba.
—No hace falta, Chris. —Pensó en como decirle que de hacerlo todo el mundo sabría lo que había pasado y eso era lo último que necesitaba.
Volvieron a entrar y fueron directamente a la barra, donde Afrodita se empeñó en tomarse el último chupito.
Mientras esperaban a que alguien les atendiera, Cinturita remix sonó y entre risas ambos comenzaron a bailar, quedando al final de ésta frente a frente con los ojos enfocados en sus labios y a la espera de que alguno diera el primer paso. Lo que fue interrumpido por la camarera que les dejó los shots sobre la barra y preguntó si pagarían en cash or card.
Lovi, que se moría de ganas de probar su piel, le hizo una propuesta.
—¿Qué te parece si esta ronda nos la tomamos de una forma un poco más divertida?
Chris sonrió y sin decir nada se acercó a su cuello, lamió la curvatura, lo que también erizó su piel y espolvoreó sal sobre ella. La sonrisa de la Diosa creció y se envolvió de lleno en el juego, tanto que sin saber cómo sus lenguas terminaron enredándose.
No puedo poner en palabras lo mucho q espere esto, aunq me hubiese gustado q Lovi lo recordara 😔
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