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Afrodita-Lili

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Atenea-Lilu

Capítulo 46 Malos hábitos

  • Foto del escritor: denovelasvalacosa
    denovelasvalacosa
  • 10 ene 2022
  • 12 Min. de lectura

Erick, Selene y Christopher estaban de vuelta y las Diosas organizaron una comida para celebrar que al fin los chicos habían sido seleccionados para rodar una película.

El sueño de todos se estaba cumpliendo, uno más, aunque los más ilusionados con todo aquello sin duda eran Joel y Christopher, que habían pasado años pidiendo una oportunidad como esa.

Chris, desde que había recibido el sí, había comprado la saga de libros en la que se basaba la obra y se empapaba de lo que su personaje sentía y hacía transmitir para poder dar lo mejor de sí en cada escena.

Por su parte, Joel, había decidido hacer todo lo contrario. Sabía que en muchas producciones los personajes y las historias eran cambiadas lo suficiente como para poder darle su propio carácter y prefería dejarse llevar por las indicaciones del guion que por lo que la escritora había, valga la redundancia, escrito en aquellos libros.


Zabdiel guardó su proyecto en la carpeta "Lovi" y se levantó de la silla con desgana. Aunque moría de ganas por una de las deliciosas paellas de Atenea, también había algo que le estaba llamando. Su cama.

Hacía noches que no descansaba. No sólo porque Chris le llamase de madrugada para leerle pequeños fragmentos de su personaje en "Complejo", el libro en el que se basaba la película, sino porque entre sus citas con Afrodita, a la que iba a buscar en algunas ocasiones a las salida del trabajo, es decir, a las cinco-seis de la mañana y las que tenía con Venus que eran fogosas y entretenidas, sobre todo cuando Tebbi estaba involucrado, sus horas se estiraban en exceso, dejando en su rostro, visibles, dos semicírculos morados que claramente indicaban que necesitaba un descanso.

El trabajo duro en el estudio y además los ensayos y las reuniones por la película, también le tenían agotado e incluso le hacían preguntarse si eso era lo que realmente quería para su futuro.

Se metió en la ducha, pensando que con un poco de agua fría se despertaría y comenzó a cantar cada una de las canciones que su lista de spotify reproducía hasta que el teléfono, tan agotado como él, se apagó.

—Genial, ahora tengo que cargar el celular antes de salir.


Erick se había ido a pasar un par de días a casa de sus papás aprovechando que Selene quería disfrutar de un tiempo con sus amigas. Habían tenido un periodo de Luna de miel no demasiado largo cuando él se fue a verla a Argentina y aunque las ganas de estar juntos nunca desaparecían, debía aprender a manejar la ansiedad por sus besos y caricias, pues no faltaba mucho para que ella volviese a casa, mientras él debía permanecer en Estados Unidos.

Llegó a su edificio y aparcó su nuevo coche. Vio en el parking la moto de Richard y el flamante rojo del Suzuki de Chris, así que supuso que sus amigos estaban en casa.

Con una sonrisa radiante, animado por lo bien que le estaban yendo las cosas, se paró frente a la puerta de quien era su mejor amigo y tocó indefinidas veces el timbre sin recibir más respuesta que el ladrido de Ollie.

—¿Buscas a Chris? —La voz de Joel le dio un susto que le hizo brincar.

—Hey, loco —se abrazaron para saludarse —Sí. Pensé que podíamos ir juntos al almuerzo.

—Ese wey está desaparecido, bro, desde hace unos días que se la pasa patinando, leyendo y jugando videojuegos.

—Sí, ya me contó. Me llama cada tanto para hablarme de mi personaje en el libro.

—¿A ti también? Yo tuve que prohibirle que me dijera nada

—Pobre, está muy entusiasmado. Oye, loco y ¿Qué tú estás haciendo acá?

—Venía a buscarle también. Afrodita me escribió hace un rato que podemos pasar ya, pero Richard no atiende mis llamados, Zabdiel tiene el teléfono desconectado y Christopher me dijo que estaba regresando hace media hora.

—A mí no me dijiste nada.

—Supuse que Selene te llamaría.

—¿Qué pasó, compadre? No pensé que vinieran a buscarme. —Chris se acercó a sus amigos y con un abrazo y un apretón de manos les saludó.

—Recién llegué de Tampa. ¿Vas a ir así? —le señaló con un poco de asco. El ecuatoriano estaba completamente sudado.

—No, compadre, me voy a dar una ducha, vayan yendo ustedes, no tardaré mucho.


Afrodita terminaba de colocar las cosas sobre la mesa que acababan de comprar para el departamento mientras Atenea dejaba lista la comida y Selene charlaba amistosamente sobre sus planes a futuro con el cubano.

Vee todavía no había llegado, al parecer aprovechó que Fabi y Ruby estaban con Tebbi en la playa pasando la mañana, para arreglar la casa y hacer algunos recados que con el pequeño se le complicaban. Como desayunar con Richard en su departamento y después tomarlo a él de postre.

La puerta de la casa se abrió y la Diosa gritó una de sus ingeniosas frases al entrar.

La cara de Lovi se descompuso al verla aparecer con el dominicano de la mano.

—Hola, mami —el muchacho se acercó a la española dejando un beso largo en su mejilla que ella recibió un poco tensa— quise llamarte esta mañana cuando la mamá de Aaliyah cambió mis planes, pero justo Vee tocó el timbre y...

—Hola, Rich. No pasa nada —le dio una sonrisa de boca cerrada—, no tienes porque darme explicaciones.

—No, quizá no, pero quería aclararte que no es que no quisiera verte, sólo fueron las circunstancias.

—Richard —se sintió un poco mejor después de escuchar sus palabras—, todo está bien. Además, así tuve tiempo para irme a patinar un poco con Chris, me está enseñando a subir en skate.

—¿Seguro que no estás molesta?

—No, de verdad. De eso trata esto ¿no? Ya lo hablamos, somos amigos ante todo y lo hacemos para pasarlo bien.

—Perfecto, mami —dejó un nuevo beso en su mejilla y se dirigió a la cocina para hablar con Atenea.

Lovi tragó duro y siguió con lo que estaba haciendo, mientras Selene la miraba con los ojos entrecerrados, sin entender muy bien porque estaba mintiendo si era más que obvio que le había molestado el hecho de que Richard le hubiera negado a ella una salida, porque disque tenía planes con su hija, pero después hubiera aparecido con Venus.


El timbre sonó y Aldana se apresuró a abrir mientras seguía con la conversación telefónica que estaba manteniendo. Dejó un beso rápido sobre los labios de su novio y saludó con la mano a Erick mientras entraba de nuevo en su dormitorio, sacando de la impresora un documento que al parecer un cliente le había enviado.

—Denme un segundo, chicos, vayan yendo a la fiesta, yo iré cuando termine con esto.

—¿Estás segura? —preguntó su pareja.

—Sí, Joel, estoy segura, tengo a un cliente al teléfono, ahora no puedo hablar —sus palabras sonaron bruscas, lo que molestó al mexicano, pero sin decir nada se dio la vuelta, agarró del brazo a su amigo y se fueron hacia la casa de las Diosas.


Selene abrió con una sonrisa en los labios cuando tras mirar por la mirilla descubrió a su novio tras la puerta. Estaba ansiosa por abrazarlo y tan necesitada de sus besos como lo estaba él.

Se aferró a su cuello con desespero y sin percatarse de la presencia de Joel, le besó con pasión y hambre. Mucha hambre.

—Hola, chicas —dijo el mexicano un poco incómodo mientras entraba en dirección al salón. Estaba molesto.

—¡Bebé! —Lovi se lanzó a sus brazos y le apretó tan fuerte que le hizo olvidar el tono que Aldana había usado para sacarle de su casa—. Te he echado tanto de menos...

—Yo a ti también, Lovi, no te haces una idea. —Volvieron a abrazarse, hasta que Vee intervino.

—Deja un pedazo de mexicano para los demás —Afrodita se hizo un lado y se apresuró a saludar al de ojitos verdes que acababa de entrar por la puerta.

—Ojitos —le abrazó igual de fuerte que a Joel, pero se separó antes sólo para poder limpiarle la barbilla que estaba cubierta de carmín.

—Gracias, Lovi. ¿Cómo estás? Bueno, ya veo que estás preciosa.

—Gracias, bonito, es que últimamente hago mucho ejercicio —le guiñó un ojo.

—Asere, mami, así se hace.


No pasó mucho tiempo hasta que el timbre volvió a sonar y Christopher entró por la puerta, saludando a todo el mundo con una amplia sonrisa. Estaba contento, al menos hasta que vio algo que le descolocó un poco.

En un rincón de la cocina Afrodita y Richard hablaban entretenidamente, algo que no habría sido extraño en absoluto si no fuera por dónde su mano estaba colocada. En la parte baja de la espalda de la Diosa, peligrosamente cerca de su trasero.

Un pinchazo en el estómago del ecuatoriano le hizo correr hacia la mesa, ignorando lo que había visto y coger la primera lata de cerveza que pudo encontrar.

—¿Dónde está Zabdiel? —le preguntó a Erick, que le miraba curioso.

—No tengo idea, loco, le hemos llamado varias veces pero tiene el teléfono apagado.

—Chicos, yo quiero esperar al larguirucho tanto como ninguno, pero me muero de hambre y el arroz se va a pasar si lo dejo mucho más al fuego ¿Qué hacemos? —preguntó la rubia.

—Déjame le llamo una vez más a ver si atiende y si no comenzamos sin él. —Venus agarró su celular y marcó una vez más el número del boricua—. Hola, baby ¿Dónde estás? —Christopher no fue el único que se quedó asombrado ante el tono coqueto que la chilena estaba usando con el cantante, sino que Erick y Joel también agudizaron el oído.

—Loco, ¿Escuchaste lo mismo que yo? —preguntó el cubano a quien tenía al lado.

—Dale, weon, nos morimos de hambre, date prisa o empezamos sin ti. —Un silencio—. Mierda, ¿Cómo no se me ocurrió que te habías quedado dormido? A sí, sí se me ocurrió —Rio coquetamente—. Está bien, te esperamos. —Terminó la llamada y se percató de que sus amigos la estaban mirando. Algunos con intriga por el tono, otros expectantes por la respuesta—. Está viniendo, se quedó dormido después de ducharse.

—Será que últimamente no duerme mucho —Selene habló sin pensar y le guiñó un ojo a Vee, dejando al ecuatoriano, al mexicano y al cubano un tanto confusos.


Zabdiel apareció, la comida fue todo un éxito y tras los postres, Dj Atenea, se dedicó a poner música para que la gente se encendiera, pues veía que ahí los únicos que lo estaban disfrutando eran Erick y Selene, quienes apenas podían despegarse.

Ella misma fue la primera en salir al centro de la sala, tirando de la mano de Afrodita, que incapaz de decirle que no, comenzó a contonear sus caderas al son de la canción.

La mejor versión de mí levantó a Richard de la silla y dejó a mitad de conversación a Joel, que evitaba prestarle atención a Aldana, para sacar a bailar a quien había bailado con él esa canción por última vez. A continuación Erick y Selene se sumaron y poco más tarde todos se encontraban moviendo los muebles para tener más espacio y poder bailar a gusto.

Cuando el tema terminó, Christopher agarró a Lovi de la mano y le pidió bailar la siguiente, necesitaba preguntarle algo y aunque no estaba seguro de la reacción que tendría la morena, no podía aguantar más con la duda.

—Lovi —le dijo mientras colocaba la mano en su cintura—, ¿Hay algo entre Richard y tú?

La pregunta pilló desprevenida a la Diosa, pues pensó que los chicos habrían hablado con sus amigos con respecto al acuerdo que tenían, al igual que ellas habían hecho con Aldana y Selene.

—¿Por qué me lo preguntas?

—He visto como se miran y como hablan. ¿Me perdí de algo? Pensé que tenían algo con Zabdiel.

—Bueno —ella dejó de bailar y le miró un momento a los ojos antes de continuar— hace unas semanas que llegamos a un acuerdo los cuatro.

—¿Los cuatro?

—Sí. Con Vee nos dimos cuenta que necesitábamos más... diversidad, así que hablamos con ellos y les propusimos una relación... swinger.

—¿Swinger? —preguntó más alto de lo que debería, haciendo que todos parasen en seco—. ¿Me estás diciendo que te acuestas con los dos?

Afrodita tragó duro. Sabía que la juzgaría, que vería con malos ojos lo que estaba haciendo porque a veces ella también se preguntaba si eso era normal o una auténtica estupidez. Después miró a su alrededor, a los ojos abiertos de Joel y a la sonrisa nerviosa de Erick. Vio como Atenea se llevaba la mano a la frente y sus ojos comenzaron a humedecerse.

—Nos acostamos con los dos, sí ¿Y? —Intervino Venus al ver como Lovi se mordía el labio para evitar llorar.

Christopher, que ya se había alejado de la española, miró a Vee con incredulidad y respiró profundo, le dio un sorbo a la cerveza que tenía en la mano y negó con la cabeza. Quería dejarlo estar, no quería discutir aquella tarde y mucho menos con Lovi, pero no podía ocultar la rabia tras su mirada.

—Nada, está todo bien, todo fantástico, perfecto. Sin problema. —El sarcasmo molestó más a la chilena.

—Pues cuéntale a tu cara.

El cantante tragó saliva y con un fuerte resoplido dejó la lata sobre la mesa y se dirigió hacia la salida.

—Estoy cansado, me he pasado la mañana patinando, mejor me marcho ya, necesito descansar para mañana, tenemos mucho trabajo.

—Hey, bro, no te vayas así —trato de detenerlo Richard.

—Coño, papi, déjalo, si se molesta por algo que no tiene que ver con él, es su problema.

—Ustedes dos no entienden nada —replicó Erick, que desde hacía tiempo se había dado cuenta de lo que le pasaba al ecuatoriano, incluso antes de que él mismo lo advirtiera.



Las ruedas rechinaban sobre el asfalto por la velocidad que estaba tomando, pero no le importaba, él necesitaba salir de ahí, alejarse tan rápido como pudiera de la casa de las Diosas, como si así sus sentimientos se fueran a desvanecer. Llegó a la bahía, a ese lugar en el que le gustaba sentarse a respirar, a pensar, a escuchar música o patinar. Se sentó sobre las piedras, metió la mano en su bolsillo y sacó el paquete de tabaco que acababa de comprar en el camino.

Encendió uno, pero el sabor le daba asco, había pasado demasiado tiempo desde que se desahogó por última vez entre el humo de un cigarro. Varias imágenes se le vinieron a la cabeza: Zabdiel besando a Afrodita por primera vez. Richard y Venus haciendo lo mismo en medio de la pista de baile. Lovi tratando de poner celoso a Zab con sus bailarines en el club. Vee haciendo lo mismo. Las sonrisas que entre ellos se daban, las caricias que se regalaban.

Encendió el segundo, este le supo mejor, al igual que sus recuerdos: El momento en el que ella cayó en sus brazos al subirse al skate por primera vez. Los paseos con Freya y Ollie. Las clases de patinaje como la de aquella misma mañana. Cómo se burló de él en la puerta del baño aquella noche en la discoteca.

Al cabo de un rato el tercero prendió en sus labios, pero una voz hizo que lo tirara al suelo de golpe.

—¿Qué mierda haces, Christopher?

—¿Qué pasa? —miró a Joel con rabia.

—¿Qué te pasa a ti, Chris? No puedes fumar, lo sabes, lo habías dejado ¿Por qué estás haciéndote esto?

—Me lo dice quien juraba y perjuraba que el alcohol era malo mientras escondía una copa en su mano.

—Eso era marketing y lo sabes, nada que ver con que tú vuelvas a fumar ¿Tiene que ver con el hecho de que hayas salido corriendo de la fiesta? Las chicas están preocupadas y molestas ¿Qué te pasa?

—Estoy jodido, Joel, estoy harto. Harto de mi vida, vacía, sin amor. Estoy cansado de llegar a casa y no tener a nadie que me espere. Daría lo que fuera por tener lo que tú tienes con Aldana.

—Bueno, no todo es color de rosas, pero ¿Quieres una relación? Jamás lo habías mencionado.

—¡Sí! —confesó el ecuatoriano— Y me da coraje ver como quienes lo tienen todo lo echan a perder. —El cigarro se consumió a sus pies mientras aguantaba las lágrimas—. Lo único que yo quiero es tener al fin un amor sincero.

—Pero es que el amor llega cuando menos te lo esperas, Chris.

—Lo sé y también te enamoras de quien menos debes...

—¿Qué quieres decir con eso?

—Nada —se hizo el loco mientras sacaba uno más— no quiero decir nada.

Agachó la mirada en busca de su mechero y alzó la cabeza al ver unos patines negros junto a sus pies.

—¿Qué coño haces? —Afrodita agarró lo que tenía entre los labios y lo tiró al suelo, pasándole el patín por encima.

—¿Qué carajo te pasa? —se quejó el cantante.

—Yo mejor les dejo solos —Joel se fue de ahí con prisa, queriendo volver a la fiesta para arreglar las cosas con Aldana. Chris tenía razón, él lo tenía todo y no lo iba a echar por la borda por una mal comentario en un momento concreto.

—¿Me vas a explicar por qué te has ido y que cojones haces fumando?

—No tengo porque darte explicaciones de nada. —Se puso a la defensiva.

—Pensé que éramos amigos. —Un agudo dolor en el estómago azotó a Christopher al escuchar aquellas palabras.

—Y lo éramos —el ceño de Lovi se frunció con pena—, lo somos, pero ahora necesito estar sólo.

—No pensé que lo que hiciera con mi vida sexual te fuera a incomodar tanto, te hacía más abierto de mente. Se ve que me equivoqué contigo. —Se giró con los ojos brillosos, aguantando las ganas de llorar cuando él agarró su mano.

—Lo siento, Lovi —le dijo aún con ella dándole la espalda—, no sé por qué me he comportado así. No sé porque me ha molestado tanto lo que pasa entre ustedes cuatro, pero lo ha hecho y no tengo derecho a sentirme así. Mucho menos a hacerte sentir mal. —Al fin ella volteó la cara para mirarlo—. Lo siento mucho, de verdad... —Hizo una pausa mientras le soltaba la mano— Creo que lo que me pasa es que me preocupa que las personas que más quiero ahora mismo se lastimen. —Afrodita asintió.

—Entiendo —se acercó a él y le regaló una sonrisa tierna de boca cerrada— gracias por preocuparte por nosotros, pero somos cuatro adultos que saben lo que hacen. Además, lo importante para nosotros es disfrutar y pasarlo bien y ya está hablado, en el momento que uno no se sienta cómodo simplemente se termina.

—¿Pero cómo lo haces?

—No lo sé, supongo que es cuestión de confianza y seguridad. —Él le regaló una sonrisa y asintió con la cabeza, para luego sacar de su bolsillo nuevamente el paquete—. Mira, Christopher —le arrancó el tabaco de la mano—, te voy a decir lo que me dijo una amiga hace muchos años: Si te vuelvo a ver con un cigarro en la mano, ya sea para fumarlo o sujetarlo, te voy a meter tal guantazo en la cara que vas a llevar mi mano tatuada hasta el día de tu boda. Ella cumplió, yo haré lo mismo. No necesitas esta mierda, no es buena para ti y mucho menos para tu garganta y tus cuerdas vocales. Joder —se molestó— no vas a tirar tu puta carrera a la basura por un mal hábito ¿No?

 
 
 

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3 Comments


Lou <3
Lou <3
Jan 12, 2022

Quiero abrazar a Chris 🥺🥺

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denovelasvalacosa
denovelasvalacosa
Jan 12, 2022
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Chris es muy dulce 🍭

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Lou <3
Lou <3
Jan 12, 2022

Erick es el único que se dió cuenta..bb yo lo amo

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Joel Pimentel

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Zabdiel de Jesús

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