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Afrodita-Lili

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Venus-Idlu

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Atenea-Lilu

Capítulo 32 Perdón

  • Foto del escritor: denovelasvalacosa
    denovelasvalacosa
  • 12 may 2021
  • 11 Min. de lectura

Afrodita estaba en su cama reproduciendo una vez más el vídeo que hacía unos días se había viralizado en las redes sociales, cuando una llamada le hizo saltar asustada.

—Jojo, ¿Dónde estás?

—Llegando a casa al fin, acabamos de aterrizar y me voy directo a la cama, estoy muy cansado, pero no quería dejar de avisarles que ya llegamos y que espero que nos veamos mañana.

—Ay, como me alegro que ya estéis aquí. Claro, mañana podemos desayunar si te parece bien, le digo a las chicas de pasar por tu casa después del club si estas despierto a las seis.

—Por ustedes hago el esfuerzo. ¿Quieres que le diga a los chicos?

—Claro, avisa a Erick, muero por darle un abrazo fuerte.

—¿Sólo Erick?

—No, por su puesto puedes decirle a Chris y Richard —hizo una pausa—, y a Zabdiel, claro.

—¿Sigues enojada?

—No, para nada, es sólo que... da igual, se me pasará.

La puerta de Lovi se abrió de golpe y Venus apareció con unas ojeras terribles, pero una sonrisa impostada.

—¿Lista para ir por Tebbi?

—Estoy hablando con Jojo, acaban de aterrizar. —La chilena corrió hacia la pantalla.

—Joe, bebe ¿Cómo estás? ¿Qué plan tienes para hoy?

—Descansar todo el día, ha sido un viaje demasiado largo. ¿Ustedes qué planes tienen?

—Pues vamos a buscar a Tebbi y después nos iremos con Selene a la playa. Ay... morimos por verlos y presentarles a nuestra amiga, se van a llevar al tiro.

—¿A la playa? Que raro que ustedes quieran tomar Sol.

—Bueno, quizá vayamos a patinar, ya sabes, lo que prefiera mi amorcito. —Erick y Christopher se acercaron a Joel para preguntarle algo mientras Venus contestaba.

—¿Tu amorcito? —preguntó Erick que seguía un poco enojado.

—Ya wey, no empieces de nuevo.

—Mire señorita, —ignoró al mexicano—, usted tiene muchas explicaciones que darme y no voy a esperar a mañana para recibirlas, así que ya puede empezar a hablar o nuestra amistad se acabó aquí para siempre. —Vee aguantó la risa, le causaba gracia ver a Erick con el ceño fruncido.

—Mire señorito, usted a mi no me venga con exigencias, mañana nos vemos para desayunar y le cuento lo que quiera, hasta entonces deje que hable con Joel tranquilamente.

Erick agarró fuerte su maleta, indignado y caminó hacia la salida dejando a todo el mundo atrás. Christopher le siguió mientras negaba con la cabeza.

—Oye, bro, ¿Qué le pasa al Erickuchi? —preguntó Richard al verle caminar con tan mal humor.

—Joel está hablando con las chicas y Erick se enojó porque Vee no le quiere dar no sé que explicaciones.

—¿Qué es eso borthel? Ese tipo habla más con ellas que con su mamá.

—Hablo con ellas porque son mis amigas y si no hubieran sido unos pendejos calenturientos, ahora serían ustedes dos quienes llamarían a las Diosas para avisar que estamos de regreso.

Su humor cambió en cuanto terminó la llamada y escuchó el comentario que Zabdiel hacía con respecto a su amistad. Estaba enojado por lo que habían hecho y por la cara que Lovi aún ponía al mencionar al boricua. Por más que se hiciera la que no pasaba nada, él sabía perfectamente que no era así.


Joel les preparó un delicioso desayuno y aunque esperaron a que alguien más apareciera, el resto del grupo no dio señales de existencia, al menos hasta el último minuto, cuando Chris llegó con una sonrisa de disculpa por haberse quedado dormido.

—¿Dónde están todos? —le preguntó al mexicano mientras este recogía los platos de la mesa.

—Las chicas se fueron hace cinco minutos, estaban cansadas después de trabajar toda la noche. Los demás... —se puso serio— son unos cobardes.

—¿No vino nadie? —pasó su mano por el cuello, nervioso, se sentía mal, a él si le habría gustado ver a las Diosas—, lo siento compadre, no escuché el despertador. También ustedes decidir verse a las seis de la mañana... Estoy seguro que los demás también se quedaron dormidos. —No recibió respuesta alguna, se veía que Joel no estaba para nada contento con la actitud que estaban teniendo los demás, así que se le ocurrió una idea—. He pensado que esta noche podríamos salir, quizá podrías decirle a las chicas.

—¿Salir dónde? —se le iluminaron los ojos.

—Blume, como siempre ¿Qué me dices? ¿Querrán venir?

—Creo que trabajan, pero yo me encargo.



Chris volvió a su casa y recogió a Ollie para salir a desayunar fuera. Quería aprovechar que había madrugado para patinar.

Llegó a Bayfront y mientras su perro se tumbaba en la sombra de un árbol, él practicaba algunos trucos nuevos y recordaba algunos de los viejos.

Tuvo que parar de golpe cuando una hermosa bola de pelo se le cruzó por delante, ladrando y moviendo la colita, feliz de verle.

—Freya, hermosa —se agachó para acariciarla— ¿Qué haces por aquí tan solita?

Miró hacia todos lados con la esperanza de encontrarse con la dueña, pero lo único que pudo ver fue a un chiquito bien cachetón que la llamaba con ímpetu mientras le mostraba un juguete. <<¿Me habré equivocado?>> Pensó al ver como ella volvía feliz a donde el niño se encontraba.


La mano izquierda recorría torpemente el cuerpo de Afrodita mientras con la derecha sujetaba su cabeza acercándola a él un poco más. Sus labios carnosos se unieron a los de ella y con sus dientes pellizcó suavemente el inferior. Introdujo su lengua y con suaves movimientos se perdieron en un baile perfectamente coreografiado.

Dejó su boca y continuó besando su mandíbula. Su lengua se deslizó por la curvatura de su cuello y un pequeño mordisco fue a parar sobre su hombro derecho, mientras sus manos, nerviosas y ansiosas, buscaban la cremallera del vestido que la chica llevaba aquella noche; la bajó suavemente una vez la encontró, generando, así, una tensión desesperante y cuando el vestido se deslizó y cayó a sus pies, un precioso conjunto lencero quedó a la vista. Él se separó para observarlo, o eso pensó ella, y volvió a acercarse rápidamente para de nuevo devorar su boca, haciéndose dueño de cada estremecimiento que su lengua generaba.

Un golpe se escuchó a lo lejos, como si de un eco se tratara y Afrodita dejó de besarle por un segundo, haciendo foco en aquello que les había interrumpido.

Unos ladridos de fondo mientras aquellos labios recorrían cada parte de su cuerpo.

Un grito infantil cuando él bajaba su ropa interior y se colocaba peligrosamente entre sus piernas.

Una llamada de atención que le obligó a reaccionar.

Abrió los ojos de golpe y quiso morir al darse cuenta de que una vez más el sueño había conquistado sus sentidos. Sabía perfectamente el significado de aquello y ansiaba que terminase pronto. No podía seguir así, pero ¿Quién era aquel hombre? Estaba cerca, de eso estaba segura. Pronto llegaría a su vida y la cambiaría por completo.


Al salir al salón se encontró con Freya, Tebbi, Selene y Atenea. Esta última tenía un humor peculiar y entendió que no había dejado dormir a su amiga en absoluto aquella mañana. Por su parte, Selene le estaba quitando la correa a su perra mientras el pequeño Taz hacía de las suyas sobre el sofá.

—Tebbi, te he dicho mil veces que no saltes, te vas a caer y romper la cabeza.

—No serías al primero que le pasa —se rio Atenea intentando manejar su cansancio.

—Peque, no te he dejado dormir ¿verdad?

—No, pero no te preocupes, sé que no es tu culpa.

—¿Volviste a soñar con el hombre sin rostro?

—Sí, hija, sí, no sé donde mierda está, pero como no aparezca ya me voy a pegar un tiro.


La vibración del teléfono sobre la mesita despertó a Erick, quien al mirar la hora quiso matarse. Había faltado al desayuno con las chicas y por ende se había quedado sin su explicación.

<<Bebé, me quedé con ganas de verte en la mañana. Me dijo Joel que salgamos esta noche. ¿Vas a venir? Muero de ganas de verte, te extrañé mucho. V.>>

Estaba enojado con Vee, eso era evidente, odió como le ninguneó delante de Chris, Joel y Afrodita y odiaba más aún que le dejasen con la duda de algo e hiciesen como si nada.

<<No>> Fue su respuesta.

No estaba celoso, ni siquiera como amigo, ahora era cuestión de orgullo el que no quisiera saber de la chilena.

<<Está bien, no te voy a rogar, pero cuando se te pase la mierda, tenemos que hablar>> Vee estaba furiosa por el estúpido comportamiento del menor, así que no tardó ni un segundo en dejarlo claro.

<<Ok>>

Llena de rabia tras esa escueta contestación lanzó el teléfono mientras en su cabeza le decía hasta de qué podía morir.


Tras convencer a Batista que necesitaban una noche libre las tres juntas y pedirle el favor a las Angelistas para que ocuparan sus lugares, las cuatro Diosas se arreglaron como nunca para ir a matar.

Sería la primera vez que Selene vería a los chicos en persona y estaba de los nervios, así que comenzaron con un par de chupitos de tequila en casa durante la cena para caldear el ambiente y preparar sus mentes para lo que se venía.

—Creo que se me fue la mano con Erick —admitió Vee.

—Estoy de acuerdo, creo que debiste contarle desde un principio que tenías un hijo.

—Juraría que lo había hecho, no es que pretendiera ocultar a mi bebé... no sé... ¿Debería llamar y contarle?

—En persona sería lo ideal, pero la verdad es que me da pena que no venga hoy por esta tontería.

—Lo sé, pero me caga que sea tan hueón, tampoco es como para ponerse así.

—Vee... él te quiere mucho y piensa que le ocultas algo... creo que le entiendo.

—Está bien le... —sus palabras quedaron en el aire cuando le vibró el teléfono.

<<Vee, siento haberme molestado así. Tienes razón, no tienes porque contarme algo si no quieres... Vine a casa de mi mamá esta noche, pero si me gustaría verte pronto, yo también te extrañé. E.>> La chilena suspiró antes de responder.

<<Bebé, justo te iba a llamar. Me habría gustado contarte en persona, pero no quiero que estés enojado. Tebbi es mi hijo, no sé como no te conté antes, Joel le conoce desde el primer día, no es como que no quisiera decirte que soy mamá... Me encantaría que lo conozcas. Mañana nos vemos y te presento a tu sobrino>>.


Llegaron al club donde se habían visto la última vez y se dirigieron rápidamente hacia el reservado donde los chicos, junto a sus amigos, esperaban.

Afrodita le dio un cálido abrazo a su mejor amigo y después siguió con los demás, dejando para el final a Zabdiel, a quien simplemente le dejó un beso en el cachete. Sólo sentir el roce de su mejilla había llenado a la Diosa de nerviosismo e inseguridad.

Por su lado Vee se lanzó a los brazos de Joe como hacía cada que podía. Le llenó la cara de besos y siguió con el resto de los presentes, dejando a Christopher para el final y así poder presentarle a la nueva integrante del grupo.

—Chicos, ella es Selene.

Los ojos azules de la Diosa de la Luna llamaron la atención de más de uno, dejando a quien ella pretendía impresionar, con la boca abierta.



Atenea agarró a su hermana del brazo y la llevó a un costado para preguntarle si estaba bien, pues había visto como se tensaba cada vez que Zabdiel la miraba y sonreía.

—No, pero se me pasará, ya me conoces, en cualquier momento...

—Lovi ¿podemos hablar? —el boricua rozó su brazo tratando de llamar su atención y la piel se le puso de gallina.

—Os dejo solos.

Afrodita se volteó y congeló al boricua con su gélida mirada. No tenía ganas de explicaciones, de falsos arrepentimientos o de excusas baratas.

—No vine a hablar de nada, vine a bailar.

Se alejó de él y sin preguntar agarró la mano de Richard, tirando de él hacia la pista. El dominicano se encogió de hombros mientras miraba a su amigo y siguió a la Diosa.

Cuando Vee pasó por delante de ellos en dirección a la barra, los ojos de Rich se tornaron tristes.

—¿Te gusta de verdad?

—Es una chamaquita interesante y creo que fastidié las cosas cuando malinterpreté la situación.

—Sí, creo que os fuisteis al carajo cuando... bueno, cuando... tú me entiendes.

—¿Te dolió mucho?

—Supongo que como a ti lo que pasó después de vuestra noche loca.

—Las entiendo, sé que fuimos unos tarados... Yo tuve la culpa de que Zab...

—Él se folló a otra solito —Le interrumpió—. Además, nosotros no teníamos una relación, podía hacer lo que le viniera en gana.

—¿Entonces por qué sigues molesta con él?

—Porque pensó mal de mí y actuó con despecho. Eso fue lo que realmente me molestó y creo que a Vee le pasó lo mismo, así que no seas tonto, pídele disculpas ahora que la tienes delante y aguanta hasta que esté lista para perdonarte.

Richard le regaló una sonrisa, dejó un beso en su mejilla y salió disparado a hablar con la morena que estaba apoyada aún en la barra esperando su trago.

—Hola —saludó con timidez. —¿Podemos charlar? —Ella le miró a la espera de que continuase—. Sólo quería pedirte perdón. Sé que hice mal en pensar que te estabas acostando con otro y...

—Ya te dije que todo bien.

—Sí, pero tu actitud demuestra lo contrario.

—Que te perdone no quiere decir que vayamos a tener algo de vuelta. —Richard agachó la mirada.

—¿En verdad no hay nada que pueda hacer para cambiar eso? Porque incluso así de seria te ves hermosa, mami.

Venus sonrió, quería dejarse llevar por las ganas que le tenía, pero verle sufrir le parecía divertido, así que se bebió la copa que acababan de dejarle en frente, de un trago y se encaminó sin decir nada, donde todos sus amigos se encontraban.

—Diablos, esta mujer me va a matar de algo...


Lovi bailaba con Johan mientras Christopher y Atenea charlaban, tenían muchísimas cosas en común y eso hacía que al fin, la Diosa rubia, viera lo que las demás veían en él. Su carisma, su risa y su forma de ser, caballerosa y tierna, sumado a su gran sentido del humor, hacían de Chris el cóctel perfecto para un hombre. Lástima que ella sólo le veía como un amigo, pues físicamente no le atraía en absoluto.

—Disculpame Ati, pero Afrodita me ha dicho que te espera en la pista, que va a sonar su canción.

—¿En serio? Lo siento Chris, seguimos hablando más tarde, no puedo perderme este baile.

Salió corriendo del reservado y cuando la música comenzó a sonar, el ecuatoriano se levantó de su sitio, extendió la mano y le pidió a la chica de ojos claros que le acompañase. Ella, encantada de que al fin su gran amor la sacase a bailar, le tomó la mano y le siguió hasta donde los demás se encontraban bailando al ritmo de "Suavemente".


Y así pasaron la noche, entre reggaetón y salsa, entre bachata y merengue, entre alcohol, risas y sudor. Entre miradas cómplices con ganas de ser algo más y con algunas suplicantes por un perdón que no veían llegar.

Las vueltas comenzaron a marear a Lovi, lo que hizo que saliera disparada al baño con la misma sensación del primer día, con las ganas de sacar lo que acababa de introducir en su cuerpo. Zabdiel, recordando su primer encuentro, corrió tras ella con el bolso en la mano, esperando que estuviese bien y que sólo fuera un susto.

—Mami, ¿Estás bien? —preguntó desde la puerta, donde apoyado en el umbral recordó cada minuto de aquella noche.

—Zabdiel ¿Qué haces aquí? Sí estoy bien, sólo me dio calor y vine a refrescarme —mintió, no estaba dispuesta a dejar que la viera vomitar de nuevo.

—Necesito pedirte perdón, necesito que sepas que siento haber sido un tarado que se acostó con otra porque pensó que tú habías hecho lo mismo...

Afrodita, que también tenía el recuerdo de aquella noche a flor de piel al verle apoyado donde se encontraba, se acercó a él y olvidando por completo a lo que había ido al servicio, le acarició la mejilla.

—No hay nada que perdonar, bonito, no hiciste nada malo, tú podías...

—Me fui a la verga —le interrumpió— nunca debí actuar sin hablar contigo primero —agarró su mano para mantenerla sobre su piel.

Ambos suspiraron profundo, conteniendo esas ganas de besarse que tenían desde el primer segundo en el que se vieron. <<¿Será él?>> se preguntó, pero descartó la idea de inmediato.

—Está bien, olvidemos lo que pasó. —Zabdiel sonrió y ella recuperó su mano— ¿Amigos?

Una puñalada en el pecho fue para él esa propuesta pues esperaba que hubiera bajado las barreras.

—Amigos —tomó su mano como si cerrasen un trato y admitiendo su derrota, dejó un suave beso sobre ella.

 
 
 

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2 則留言


Lou <3
Lou <3
2021年5月12日

Zab y Rich, les costará trabajo, pero no dudo en que tal vez en algún momento la diosas vuelvan a confiar en ustedes

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denovelasvalacosa
denovelasvalacosa
2021年5月12日
回覆

Van a tener que trabajar duro con eso, me parece...

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