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Afrodita-Lili

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Venus-Idlu

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Atenea-Lilu

Capítulo 23 Después de...

  • Foto del escritor: denovelasvalacosa
    denovelasvalacosa
  • 23 mar 2021
  • 11 Min. de lectura

Actualizado: 24 mar 2021

Venus se despertó con la sonrisa en el rostro por el recuerdo de la noche anterior. Estaba demasiado cansada, había dormido apenas unas horas, pero su hijo la reclamaba y debía atenderle como merecía antes de que Kerly, la cual había entrado en razón y había entendido que su marido no le era infiel, al menos no con ninguna de ellas, fuera a recogerlo.

¿No te quedas a dormir? —le preguntó Richard al ver que tras el segundo round recogía sus cosas para vestirse de nuevo.

Me encantaría, hermoso, pero debo volver a casa, estoy cansada.

Pero puedes descansar aquí.

Dudo mucho que eso sea cierto y aunque me encantaría quedarme para no dormir, mañana tengo muchas cosas que hacer y debo marcharme.

La sonrisa victoriosa de Vee se pronunció más al recordar el puchero con el que él la miraba y cómo, sin sutileza, le quitó las cosas de la mano para al menos quedarse con un buen sabor de boca.

El último round que le regaló el dominicano le dejó con las piernas temblorosas y la entrepierna dolorida. Pero dicen que sarna con gusto no pica y así fue para ella, que sin haber disfrutado de un sueño reparador, se levantó de la cama lista para hacerle el desayuno a su bebé.


Atenea y Fabricio salieron del dormitorio y se encontraron con que Lovi estaba haciendo un rico desayuno para cuatro. Había escuchado las risas poco sutiles de su amiga al llegar, pues no había conseguido conciliar el sueño hasta bien entrada la mañana, cuando el Sol ya asomaba por la ventana y no porque no estuviera cansada o cómoda, sino porque no podía creer tener al lado, abrazándola, a Zabdiel de Jesús. ¿Eso era real o si cerraba los ojos desaparecería? Así que sabía perfectamente que había dormido acompañada.

—Buenos días, bella —le dijo Fabi mientras se acercaba a la cocina.

—Buenos días, familia. Estoy preparando huevos ¿Queréis?

—Sí, claro.

—¿Y eso? ¿A ti los huevos no te gustaban aquí? —le preguntó Atenea, divertida, mientras se daba golpecitos en la barbilla.

—Ya tuve de eso anoche, ahora me apetecen unos poché.

—¿Cómo que tuviste de eso anoche?

—Pues eso —respondió con indiferencia—. Por cierto ¿No tienes condones?

—Sí, ¿por?

—Ayer necesitaba y no encontré ninguno.

—¿Cómo que ayer necesitabas? —Ati frunció el ceño sin entender. ¿A caso había vuelto a quedar con Cruz?

—Los esconde como niña chiquita en el cajón de la ropa íntima, la weona.

—Que no te hagas la loca, ¿Con quién los ibas a usar anoche?

En ese preciso instante, la puerta del cuarto de Lovi se abrió y dejó ver a un chico alto, muy lindo, que se rascaba la cabeza mientras bostezaba. Lucía únicamente unos boxer y una camiseta larga de tirantes.

—Oh, hola, buen día —saludó mientras daba marcha atrás en busca de sus pantalones.

Atenea abrió sus, ya de por sí, grandes ojos al encontrarse con aquel caballero saliendo de la habitación de su amiga. Fabi le miró de arriba a abajo y se giró rápidamente hacia Afrodita para susurrarle.

—Yo a ese tipo le conozco. Vee estaba completamente obsesionada con ellos. ¿Cómo se llama? Za.. Zo...

—Zabdiel.

—¿Qué hace Zabdiel en nuestra casa? —preguntó Ati antes de que saliera.

—Pues ya ves... darme de comer los huevos que me gustan. —Se rio hasta que la puerta volvió a abrirse.

—Buenos días, bonito —le dijo, cariñosa, Lovi. Algo que le infundó un poco de seguridad al boricua.

—Buenos días, soy Fabricio. —Le estrechó la mano y le señaló la banqueta que quedaba libre.

—Buen día, soy Zabdiel. —Atenea miró a su amiga para saber si podía presentarse con su nombre real y ella, que con solo un vistazo rápido entendió su pregunta, asintió.

—Yo soy Atenea.

—Oye Zab, ¿Te gustan los huevos poché?

—En velda, sí, gracias mami. —Éste se acercó a la cocina y mientras abrazaba a Lovi por detrás, dejó un beso en su mejilla—. ¿Dormiste bien?

—Sí, claro, como una reina. ¿Tú?

—Sí, mami. —Volvió a dejar un beso, esta vez en su hombro desnudo y una caricia en su cadera, la cual le erizó la piel.

—Así que anoche salieron. ¿Y qué tal la pasaron? —preguntó Fabricio.

—En velda, en velda, muy bien, brothel, hasta que alguien tuvo que volver a casa.

—No me lo digas. Es como si hubiera estado ahí. Bebió más de la cuenta ¿no? —Afrodita le clavó una mala mirada a su amiga y ella sonrió a modo de disculpa.

—En velda, sí, pero no importa, así tuve el placer de acompañarla a casa.

Venus llamó a Erick, quería hablar con él después de haberles dejado colgados en la discoteca. Esperaba que al menos no estuvieran muy enfadados por haberse ido como si nada del club y por no haber pasado apenas tiempo con ellos.

—Hola ojitos, ¿Cómo amaneciste?

—Muy bien, Vee, ¿tú como estás?

—Bien, en casa. Oye, tengo la tarde un tanto desocupada ¿Quieren que vayamos a la playa?

—¿Quienes?

—Joel y tú. Quiero decir, Lovi y yo les debemos una disculpa y nos gustaría pasar tiempo con ustedes. Me escribió esta mañana para contarme que estaba bien y bueno, que se sentía mal por ustedes.

—Yo creo que no habrá problema, le diré a Joel si quiere pasar a recogerlas más tarde.

—Perfecto, ahora voy a escribirle a ver que dice.

—Está bien. Te aviso cualquier cosa, pero supongo que las pasaremos a buscar como a las tres, para aprovechar el Sol.

—Está bien, po, nos vemos en la tarde bebé.


Tras una hora charlando, Zabdiel y Afrodita volvieron al dormitorio, y aunque morían de ganas de desnudarse de nuevo y volver a la carga, ella ya le había comentado los planes que había organizado Venus con Erick. Zab, un poco reticente a marcharse, al final aceptó que había perdido contra sus amigos, al igual que ellos lo habían hecho ante él la noche anterior.

—¿Nos vemos esta noche?

—No puedo, trabajo, pero mañana en la tarde si quieres podemos vernos.

—Está bien, mañana entonces. —Lovi le regaló una sonrisa y se despidió de él con un largo y apasionado beso que casi les dejó sin aliento. Después le vio marchar camino al ascensor y cuando hubo desaparecido tras las puertas, cruzó el descansillo y tocó la puerta casi con ansiedad.

Venus abrió y al ver a su amiga, incapaz de contener la felicidad, comenzó a gritar y a dar saltos de alegría, como hacían siempre que de CNCO se trataba.

Después entraron y se contaron todo con lujo de detalles y cuando digo todo, digo TODO.

—Mama mía, ¿has tenido que pedir ambulancia para volver a casa?

—No, pero estuve a nada de romperme en dos, weon, ese tipo está pitiao.

—Pero te encanta.

—Pero me encanta.

Joel y Erick recogieron a las chicas en la puerta de su edificio con fingida mueca de indignación, a lo que ellas respondieron con tiernas sonrisas y abrazos fuertes.

Al llegar a la playa, la principal diversión fueron las cartas, ya que Afrodita se encargó de enseñarles juegos nuevos como el cuadrado, en el cual debían formar equipos y competir por ganar.

La primera pareja fue obvia, Vee y Lovi contra los chicos. Después Joel y Afrodita, quienes demostraron su competitividad a la hora de machacar al equipo contrario. Y por último la chilena y el mexicano, quienes entre risas le dieron una paliza a sus contrincantes.

Entre partidas, las Diosas corrían hacia el agua para refrescarse pues la clara piel de Vee se estaba enrojeciendo con facilidad y a Lovi comenzaba a picarle todo.

—Chicas, ¿quieren un helado? —preguntó Erick cuando ellas regresaron, mientras se vestía para ir a buscar uno para ellos.

—Hay cosas en esta vida que no se preguntan, ojitos. Por supuesto que queremos helado.

—Yo te acompaño si quieres —le propuso Lovi, que necesitaba también un baño.

—Claro.

—Lovi tu ya sabes de que me gusta.

—Para chupar Calipo mejor vente con nosotros —bromeó.

—Tarada, ese es el que te gusta a ti.


Zabdiel llegó a casa y en el ascensor se encontró con Richard que iba de salida a recoger a su hija, ya que le tocaba pasar la tarde con ella. Tras contarse por encima lo bien que habían pasado la noche, Richard le explicó que, no sabía muy bien porque, Christopher no parecía tener muy buen humor y que quiza debería hablar con él para ver que era lo que le pasaba.

—Claro, papi, ahora subo a su casa a ver que le pasa al Christophelón.

—Me dijo Joel que le vio irse anoche molesto, por eso no se despidió de nadie.

—¿Qué es lo que tú crees que le pase, helmano?

—Quizá no le fue bien con la chica con la que estaba. Me dijo que le había tirado el trago a una pelirroja.

—¿Qué tú me estás contando, brothel? Chris no es así.

—Ya sé bro, por eso te digo.

—Tranquilo papi, yo me encargo.


Para cuando Zabdiel tocó el timbre de su amigo, Chris se encontraba en la terraza jugando con Ollie, quien ladraba sin parar al oír que alguien llegaba.

Entró en su estudio y antes de abrir se miró al espejo y se dio cuenta de lo demacrada que tenía la cara. No había dormido apenas en toda la noche y continuamente se reprochaba el por qué de aquella situación.

—¿Qué pasó brothel? —le preguntó el boricua a modo de saludo—. ¿Qué tu estás haciendo todavía en pijama?

—Intentaba dormir compadre, no he pegado ojo en toda la noche.

—¿Y eso por qué o qué?

—No tengo idea brother, aún intento entenderlo. Anoche me sentía mal y vine a casa temprano, pero no conseguí dormir nada.

—Ya me dijo Richard que Joel te vio irte molesto. ¿Pasó algo? —Christopher se mordió el labio nervioso, no podía contarle a su amigo que el motivo de su mal humor y probablemente de su insomnio, fueran los celos o la envidia que sintió al verles besarse con las chicas del gym o del club... bueno, con las amigas de Joel.

—No, nada importante. ¿Quieres ir a patinar? Tengo que sacar a Ollie.

—Claro brothel, deja que suba a casa a darme un baño. Nos vemos abajo en veinte.

Tras una larga mañana en la playa, al final las chicas sucumbieron al sueño y se quedaron dormidas bajo el Sol, o eso es lo que Joel y Erick pensaron, así que aprovecharon las circunstancias para hablar.

—¿Tú crees que sabrán como son Zabdiel y Richard? No quiero que las lastimen —comentó el menor.

—Creo que nuestras amigas son peores, Erick, quizá sean ellos quienes salgan ardidos.

—Quizá loco, pero me da miedo que se ilusionen, como hacen todas, al fin y al cabo nosotros vivimos viajando y los chicos disfrutan demasiado de esos viajes. Bueno, todos lo hacemos.

—Habla por ti, wey, yo no me acuesto con una cada noche... —Dijo el mexicano, ofendido.

Venus y Afrodita aguantaban la risa para seguir escuchando lo que decían, mientras entre ellas intercambiaban miradas de complicidad, bastante divertidas.


La noche llegó y con ella la hora de trabajar.

Era Sábado, así que sería un día bastante agitado; por suerte las Diosas habían sido inteligentes y habían vuelto pronto a casa para poder dormir largo y tendido antes de ponerse los botines.

Una llamada hizo saltar a Afrodita, quien llevaba el teléfono pegado a la barriga en una suerte de riñonera, que bajo el vestido quedaba completamente disimulada. Dejó la bandeja sobre la barra y se metió en los vestuarios para poder atender a quien quisiera que llamara.

—¿Qué pasó, mami, qué tú estas haciendo?

—Hola grandullón. Pues estoy trabajando, la verdad, me pillas en un momento complicado de la noche. ¿Necesitas algo?

—No, mami, sólo llamaba para preguntar si querías cenar conmigo mañana.

—No puedo cenar, cariño, pero si quieres nos vemos en la tarde y vamos a pasear por Miami Beach ¿Te parece bien?

—Claro que sí, te paso a recoger como a las cinco entonces.

—No hace falta, nos vemos en tu edificio, he quedado con Erick ahí, tengo algo que darle. A las cinco en tu portal ¿Sí?

—Muy bien mami, nos vemos mañana entonces.

Lovi no había terminado la llamada cuando Venus apareció por la puerta, sudando y maldiciendo por la cantidad de trabajo que estaban dando las clientas aquella noche.

—¿Te llama Selene?

—No, Zabdiel. ¿A ti?

—Vine para relajarme, pero el teléfono no paró de sonar, déjame ver. —Vee se rio al ver tantos mensajes en su pantalla—. Richard me ha escrito un par de veces y me ha llamado también. ¿Qué les pasa?

—Tú sabes lo que le pasa a Richard, a mí me sorprende más lo que le pasa a Zab.

—Le tienes loquito.

—Eso parece. Mañana iremos a pasear a Miami beach.

—Déjame ver que me dice Rich y quizá me una a ustedes, creo que estará bien hacerlos sufrir un ratito.

—Sí, me parece perfecto. Que la cita privada les cueste un poco más.

—Eso, eso, que sufran. No se lo podemos poner tan fácil a esos weones, po, sino van a creer que lo tienen todo ganado sólo porque son ellos.

—Amén.


Al día siguiente, Afrodita y Venus salieron juntas hacia la casa de los chicos, donde habían quedado con ambos, por supuesto sin decirles que la cita sería doble, y antes de avisar de que ya estaban ahí, llamaron al intercomunicador de Erick para que bajase a recoger sus llaves.

—Hola ojitos —le dijo Vee mientras le dejaba un beso en la mejilla junto a un fuerte abrazo.

—Hola pimpollo —le saludó Lovi.

—Hola chicas. ¿Tienen las llaves?

—Sí, toma —le dijo la chilena mientras se las tendía—, mira que son la única copia que tengo de la casa de las chicas, no la pierdas.

—Tranquila, las pondré con las mías. ¿Dónde van tan lindas? —preguntó al ver a sus amigas sobre los patines y en vestidito.

—Tenemos planes con los chicos, es más, Zabdiel debe estar bajando ahora.

—Ah, muy bien ¿Ya les dijeron lo de la fiesta?

—No, todavía no, pensábamos comentarlo ahora en el paseo.

La puerta se abrió dejando salir a un muy coqueto Zabdiel, el cual se sorprendió al ver a Erick ahí, aunque no tenía razones para hacerlo pues ya sabía que iban a verse con él.

—Hola papi ¿Qué es lo que tú estás haciendo aquí?

—Las chicas vinieron a entregarme algo antes de irse con ustedes.

—Sí, le dejamos las llaves de mi piso para que vaya a dejar cualquier cosa que necesitemos para el cumpleaños de Joel. Hemos pensado en hacerle una fiesta sorpresa en mi casa.

—Oh, eso es muy lindo por su parte, bellas.


Poco después apareció Richard en su flamante coche negro y con una sonrisa bajó la ventanilla para llamar la atención de su cita.

Vee se giró y con una sonrisa aún más grande, se acercó al auto y le dejó un rápido beso en los labios.

—Oye morenazo, Zabdiel y Lovi también van a Miami Beach ¿Te parece si les acercamos?

—Claro mami, suban al auto antes de que arranque sin ustedes —bromeó.

—Ciao mi hijito rico —se despidió la chilena de Erick.

—Nos vemos mañana, bonito —le dijo Afrodita antes de subir.

En el trayecto, casi sin poder evitarlo, Zabdiel y Richard caturrearon todas las canciones que sonaban en la radio aquella tarde, mientras Lovi y Vee les miraban expectantes y de vez en cuando entornaban los ojos cuando se ponían demasiado entusiastas.

Al llegar a la playa, Richard agarró de la mano a su acompañante pensando que se irían a una zona más alejada, pero le quedó claro que no sería así cuando la chilena sacó de su mochila una toalla y la acomodó junto a su amiga, bajo una sombrilla.

Zabdiel miró a su compañero con cara de pocos amigos, pero nada podían hacer ellos si las Diosas habían decidido convertir su salida en una cita doble.


El dominicano, ignorando por completo que había más gente al rededor, tras unas cuantas horas hablando y divirtiéndose en grupo, decidió que era el momento perfecto para regalarle a Vee algunas caricias impúdicas, a lo que ella respondió, no sólo con una sonrisa pícara, sino también con un mordisco en el hombro y un roce en su zona más íntima.

Por su parte, Afrodita, estaba sobre el trasero de Zabdiel, aplicándole crema, cuando pensó que sería una buena idea, morderle la espalda, justo en la zona donde aún no había aplicado producto. Esto le hizo saltar y revolverse hasta conseguir ser él quien estuviera sobre ella.

—Mami, no aguanto más las ganas de hacerla mía.

Con el calor en el cuerpo, le quitó de un empujón, se puso en pie y tirando de su mano le metió en el agua, necesitaban bajarse la temperatura.

—Vamos a jugar.

 
 
 

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5 Comments


Yeslin Vela Andrade
Yeslin Vela Andrade
Apr 03, 2021

Tranquilo Chris, ya llegará una Argentina por ti 🤭🤭🤭

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Yeslin Vela Andrade
Yeslin Vela Andrade
Apr 03, 2021

Rich travieso Jajaj 😏😏😏

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Yeslin Vela Andrade
Yeslin Vela Andrade
Apr 03, 2021

Zabdiel y Afrodita necesitan el mambo completo JajajJ

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Lou <3
Lou <3
Mar 23, 2021

Uia, más mambo!

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denovelasvalacosa
denovelasvalacosa
Mar 24, 2021
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Mambo number 5 jajajajajaja

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Joel Pimentel

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Erick Brian Colón

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Richard Camacho

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Zabdiel de Jesús

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