Capítulo 33 Conociendo a Tebbi
- denovelasvalacosa
- 19 may 2021
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Las manos del ecuatoriano viajaban por sus piernas, de arriba a abajo, conteniendo las ganas de subirle la falda y hacerla suya en el mismo ascensor. Ella no se lo estaba poniendo fácil con tantos besos en el cuello y pellizcos con los dientes en su lóbulo izquierdo.
Selene sentía que su cuerpo ardía ante el contacto más esperado, ante las caricias del hombre que no sólo la traía loca desde hacía años, sino que le había demostrado aquella noche que no se confundía con él en absoluto.
Cuando llegaron al departamento, trataron de abrirse camino sin atropellar a Ollie, que ladraba y saltaba sobre las piernas de su padre.
Al llegar a la cama, se dieron una tregua y mientras sus labios rogaban por volver a unirse, Christopher decidió ofrecerle algo de tomar a su invitada.
—Lo único que quiero en este momento es a vos —se mordió el labio y tiró de su camiseta hasta llevarlo de nuevo a sus labios—. Y a poder ser, toda la noche.
El fuego se podía ver en los ojos de la argentina, como si de una caricatura se tratase y eso terminó de volver loco al cantante que ya había sufrido suficiente durante la noche, bailando con ella, sintiendo el roce de su trasero, sin poder hacer nada para apartar la tela que les separaba.
Christopher no esperó mucho a darle una respuesta, sin palabras, sólo actos, deshaciéndose de su ropa y arrancando con todas sus fuerzas el tanga que llevaba puesto.
Afrodita despertó completamente descansada pues había aprovechado que Selene se había ido con Chris para dormir en su cama, algo que dejó descansar también a Atenea y lo demostró cuando, al salir ésta de la habitación, la encontró canturreando en la cocina, algo que Ati no solía hacer.
—Buenos días princesa.
—Buenos días cariño ¿Has dormido bien?
—Como una niña chica ¿Y tú? Veo que estás de buen humor. —Se acercó a dejar un beso en su mejilla.
—He descansado mucho, sí, pero estoy feliz porque ayer lo pasé de maravilla. Es más, creo que yo también tengo a un posible candidato entre tus amigos.
—¿Te gusta alguno de los chicos?
—¡No! —se rio—, hablaba de Alan; siento que anoche trató de ligar conmigo, una pena que no me gusten menores porque se le ve muy buen niño.
—Sí, parece muy tierno, la verdad es que no hablé mucho con él, pero si es amigo de Chris, por algo debe ser.
—Hablando del Christopher, la verdad es que me cayó muy bien, tenemos un montón de cosas en común, no sólo de la música; y en cierto modo me recuerda mucho a ti.
—Lo sé, siempre dije que éramos muy parecidos.
—Y... te iba a preguntar. —Dejó de prestarle atención a la comida para mirar a su amiga.
—¿Sí?
—¿No te molestó que se fuera con Selene? —Afrodita se mordió el labio internamente de forma instintiva, era un gesto común en ella cuando le preguntaban algo que no le gustaba o no sabía como responder.
—No... bueno, sí me habría gustado ser yo, pero era el plan y debíamos ceñirnos a él. De todos modos yo ya me acosté con Zabdiel, dudo que tenga oportunidad de tener nada con ninguno de sus amigos. —La puerta de la casa se abrió, aunque ninguna de las dos se dio cuenta.
—¿Y con Richard? —preguntó maliciosamente.
—Tampoco creo que vaya a pasar nada, le gusta mucho Vee, pero oye, por mi encantada, ese hombre tiene que ser un Dios en la cama ¿tú has visto como se mueve?
—Y lo es amiga, lo es, —Afrodita y Atenea dieron un salto al escuchar la voz de la chilena—, así que cuando quieras puedes probarlo y yo lo hago con el boricua. —La saliva de Lovi se tornó amarga por un segundo.
—No digáis cosas de las que después podáis arrepentiros, recordad que ellos son amigos y vosotras también. Para que eso pasase sin estropear sus relaciones debería haber un consenso entre los cuatro. —Las palabras de Atenea hicieron eco en la mente de Vee.
—Swingers... why not? —Lovi frunció el ceño y se imaginó con Richard disfrutando en la cama... se le fueron los celos por completo.
—Oye, pues podría ser...
Selene abrió los ojos y se encontró en una cama que no era suya, con un perro durmiendo a sus pies y el resto de la cama vacía. Cerró los ojos fuerte, eso debía ser un sueño. Seguro que había alucinado durante la noche por culpa del alcohol y simplemente se había ido a casa de algún desconocido como otras tantas noches en su vida. Volvió a abrirlos al escuchar el chirriar de una puerta y ahí estaba, vestido únicamente con bóxer y rascándose la nuca mientras bostezaba.
—Buenos días, hermosa ¿Tienes hambre? Voy a preparar algo de comer —se quedó muda, algo que hizo reír al dueño de la casa.
—Buen... buen día —tartamudeó—, sí... eeh, gracias.
Christopher le regaló una sonrisa antes de encaminarse hacia la cocina y ella aprovechó que se había girado para dar un vistazo bajo las sábanas. Estaba completamente desnuda, no había sido un sueño.
—Voy a prep... —se quedó callado al verla bajar las sábanas hacia su pecho con brusquedad. Se echó a reír—, voy a preparar huevos y un par de sándwiches —consiguió pronunciar entre risas—, ¿te parece bien?
—Sí, claro —sentía sus mejillas arder por la vergüenza.
—Agarra lo que quieras de mi armario. Siento haber roto tu ropa interior anoche.
—Eh... no, claro, tranquilo... tengo más en casa.
Cuando el ecuatoriano se fue hacia la cocina, Selene aprovechó para salir de la cama y buscar lo más rápido posible entre sus cosas la camiseta que tanto le gustaba y unos bóxer que pudiera usar. Después siguió a Ollie que entre ladridos le pedía a su dueño que le diera algo de comer o que le sacase de paseo, no estaba muy segura.
—Siéntate, por favor, enseguida termino.
Sin hacer caso a la petición del ecuatoriano se asomó a la terraza y contempló las vistas desde aquel lugar. Miami era maravilloso a su manera, y el hecho de que los CNCO estuvieran ahí no influía para nada en su forma de verlo (nótese la ironía).
—Ya está listo —Se acercó a ella, la abrazó por la espalda y dejó un beso en su cuello—. Debemos entrar, no sería bueno que nos vean acá mientras estás con mi ropa interior. —Una risita salió de sus labios antes de que volviera a besarla.
—¿Te avergonzás de mí?
—No, para nada, si quieres salir en las redes sociales con mis bóxer yo encantado, aunque a ver luego como le explicamos a mi equipo... —ella entrecerró los ojos y después sonrió.
—Tenés razón no quiero que me relacionen con artistas de cuarta— Christopher frunció el ceño hasta que una carcajada salió de los labios de la argentina, haciendo que él también riera.
Erick tocó el timbre y esperó a que le abriesen la puerta, esperaba no interrumpir nada pues aunque había visto en Instagram que Christopher había estado hablando con una mujer muy cerquita mientras bailaban, no sabía seguro si había pasado algo entre ellos.
—¿Qué pasó, loco? —se metió en la casa sin esperar a ser invitado y mientras caminaba de espaldas, mirando a su amigo, siguió hablando—. Anoche te vi con una hermosa mujer en las historias de Johan. Habría dicho Atenea, pero tenía el pelo un tanto más oscuro —Chris le hacía señas para que dejase de hablar, pero el cubano no se daba cuenta—, ¿Fue Afrodita? Siempre he pensado que le tienes gan...
Cuando Erick giró sobre sus talones para seguir andando de frente y se encontró con los ojos de Selene clavados en él, se quiso tragar la lengua, algo que a Christopher no le hubiera importado en absoluto.
—Hola —saludó la argentina ruborizada—, soy Selene, amiga de Atenea, Afrodita y Venus.
<<Tierra trágame>> pensaron los tres en aquel momento.
—Encantado, soy Erick, amigo de Chris —cuando el menor se acercó para aceptar la mano que ésta le estiraba, se quedó prendado de esos hermosos ojos azules que le miraban con un brillo especial.
—Encantada.
Selene no podía creer tener frente a ella a sus dos amores. Extendió la mano para saludar a Erick y cuando éste la tomó una corriente recorrió todo su cuerpo mientras su piel se erizaba bajo la ropa del ecuatoriano. Los ojos verdes del cubano recorrieron rápidamente su cuerpo y eso hizo que su sangre entera hirviera a tal velocidad que pensó que los bóxer de su amante se habían vaporizado.
Christopher, viendo que el saludo se alargaba más de lo normal, e incomodo por la situación, (esa en la que tu chica y tu mejor amigo te dejan de lado porque se han quedado completamente embobados el uno con el otro) carraspeó.
—Estamos desayunando ¿Quieres comer algo?
—¿Eh? —preguntó Erick en lo que volvía al mundo real—, gracias brother pero ya desayuné. De todos modos ¿Les importa si espero a Vee acá, con ustedes?
—No, claro —se apresuró a responder Selene—, será un placer.
Venus, Afrodita y Tebbi fueron juntos hacia el edificio de los chicos, donde la chilena había quedado con Erick para presentarle al fin a su pequeño.
—Chicos, lo siento —interrumpió el cubano cuando Chris hablaba— me acaba de escribir Vee que ya están acá. Gracias por dejarme esperar con ustedes y siento la interrupción. —Se levantó de la mesa, a la vez que lo hacían los demás y tras darle un abrazo a su hermano del alma, dejó un beso sobre la mejilla de Selene que duró más de lo normal.
<<¿Qué mierda está pasando? ¿Es que no se me va a dar con ninguna de las Diosas?>> Se preguntó el ecuatoriano mientras veía como esos dos se despedían. Sentía que por alguna extraña razón, toda mujer en la que se interesaba tenía los ojos puestos en cualquiera de sus amigos, incluso Selene, con la que acababa de pasar una noche alucinante, babeaba por el ojiverde.
—Creo que yo también debería irme, Afrodita debe estar preocupada por mí, a veces parece que es mi mamá. —Se rio.
—Vamos a vestirnos, yo te acompaño —le acarició la cintura para guiarla hacia la cama—. Puedes llevarte mi camiseta, no te preocupes. —Le sonrió con picardía—, ya me la devolverás.
Erick bajaba en el ascensor, respondiendo al mensaje de su amiga, cuando éste paró y Richard y Zabdiel entraron.
—Hey, bro ¿Dónde es que tu estás yendo?
—¿Qué pasó loco? He quedado en verme con Vee ahora, ¿Ustedes?
—Vamos a jugar al basket.
La puerta del ascensor se abrió de nuevo, salieron los tres y caminaron hasta salir del edificio y toparse con las Diosas y un pequeño al que no habían visto antes.
—Siempre tan puntuales ustedes.
—¿Y este hermoso chamaquito? ¿Están de niñeras? —en ese momento la puerta volvió a abrirse y Joel salió junto a Selene y Christopher a los cuales había encontrado en el camino.
—Tío Joe —gritó el pequeño mientras se lanzaba a sus brazos.
—¿Tío Joe? —tres ceños se fruncieron al instante.
—Hey campeón —chocaron los cinco tras cargarlo, como hacían siempre— ¿Me extrañaste? Yo te extrañé.
—Chi —respondió mientras le daba un abrazo.
—La cara de estupefacción del resto de la banda hizo reír a las tres Diosas pues era evidente el desconcierto.
—¿Ese es tu bebé? —Erick sonrió al verlo, pensaba que Tebbi sería mucho más chiquito.
—¿Tu bebé? —Christopher, Richard y Zabdiel preguntaron al unísono.
—Quien lo diría —Vee frunció el ceño—, digo, te ves demasiado joven para ser mamá.
—No soy más joven que tú.
—Cierto —se arrepintió de haber abierto la boca—. Hola, campeón, yo soy Richad, pero me puedes llamar Rich.
Al ser padre soltero, el dominicano se lo había tomado muy bien, algo que no podía decirse de Zabdiel y Chris que aún seguían sin palabras. Es más Christopher no le quitaba la mirada de encima al niño, pero no decía nada.
—Hola Ich, yo soy Esteban, pero me puede llamar Tebbi, o Taz, como mi mamá —le imitó.
—Encantado Tebbi —estiró la mano y este le chocó los cinco al igual que hacía con Joel.
—Mira hijo, este es tu tío Erick ¿Te acuerdas que te hablé de él?
—Sí —Erick extendió sus brazos para cargarlo y éste se lanzó a él sin problemas.
—Cómo pesas —le dijo mientras se reía, algo que causó gracia a todos.
—¿Me estás llamando gordo? —preguntó el pequeño muy serio.
—Claro que no —Erick se puso nervioso, lo que hizo reír al pequeño.
—Tebbi, no seas malo con el tío, pobre, le estás haciendo sudar. —Se burló Afrodita.
—Tiene el mismo humor que la mamá, ya le irás conociendo.
—Bueno, familia —se despidió Lovi— yo me voy a patinar, sólo pasé para saludar —le dio un beso como pudo al joven y siguió con todos a los que ni hola había dicho.
—¿Vendrás a comer?
—Sí, Atenea se fue al gimnasio, pero me dijo que luego volvía a preparar algo rico.
—Dale, te espero por ahí también, necesito una ducha.
—Perfecto, nos vemos más tarde —le dejó un beso a Vee— recuerda que nos toca trabajar esta noche.
—Sí, mamá, no me olvido.
—Entonces ¿Nos vamos a pasear? —preguntó el cubano al ver que todo el mundo se había quedado callado cuando Lovi se marchó.
—¿Vamos a la playa?
—Lleva toda la mañana queriendo ir a jugar con la arena ¿Te parece bien, bebé?
—Sí, claro.
—Yo les llevo —se ofreció Joel.
—Encantado de conocerte Tebbi —se despidió Richard.
—Encantado de conocerte, Taz, yo soy Zabdiel, pero mis amigos me dicen Zab —estiró la mano como habían hecho sus amigos y éste chocó los cinco.
—Yo soy Christopher —aprovechó el ecuatoriano para presentarse antes de irse.
—Yo te conozco, ayer hablabas con Freya.
Nananannananana me re imaginé la cara de los chicos cuando vieron q Tebbi era el hijo de Vee🤣🤣🤣🤣🤣