Capítulo 22: Mambo
- denovelasvalacosa
- 19 mar 2021
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Afrodita caminaba con la cabeza gacha, mordiéndose el labio inferior y completamente callada, mientras Zabdiel canturreaba a su lado, víctima de la incomodidad que la morena sentía.
—¿Te sientes mejor? —le preguntó cuando al mirarla la encontró retorciéndose las manos.
Lovi, aún sin levantar la vista de ellas, asintió y él, decidido a hacerle sentir mejor, se paró frente a ella, agarró su mentón y con una gran sonrisa, apartó el pequeño mechón que se le había soltado. Ella le devolvió la sonrisa, tímida, y Zabdiel se acercó a su rostro y depositó un rápido y suave beso sobre su comisura.
Tras aquel tierno gesto, agarró su mano y caminaron así hasta llegar al edificio, donde ambos meditaron, en silencio, si debían continuar arriba o no.
La Diosa, intentando recuperar la valentía que se había ido junto con su desayuno por el desagüe, sacó las llaves del bolso antes de abrir la boca y para cuando iba a preguntar, su acompañante se acercó por detrás y dejó un suave beso en su hombro, haciéndole saber que en realidad no quería dejarla ir.
Al subir al ascensor, el boricua se apoyó en una de las paredes y atrajo el cuerpo de la española hacia él, haciendo que se fundieran en un tierno abrazo.
—Lo siento —salió de la boca de Afrodita mientras hacía acopio de toda la seguridad que era capaz de reunir tras un momento vergonzoso como el que había vivido después de besarle.
—¿Cómo por qué o qué? —le respondió con ternura mientras acariciaba su pelo.
—Por arruinarte la noche. Podría haber venido sola a casa y tú estarías divirtiéndote en la discoteca.
—Tú no arruinaste nada, bella, sólo llegamos a tu casa un poco antes de lo previsto. —Ella se apartó para poder verle sonreír pícaramente, algo que le excitó.
—Tonto —le dio un pequeño golpe en el pecho y volvió a recostarse sobre él.
Cuando llegaron a la planta donde Lovi vivía, aún de la mano, caminaron hacia el departamento y tras dejar un beso en sus labios, le indicó donde podía poner la música y coger algo de beber, mientras ella se daba una ducha rápida para quitarse el olor a alcohol.
Al volver al comedor, con un cortito pijama que dejaba a la vista su voluptuosa delantera, Zabdiel la recibió con los ojos muy abiertos y una sidra extra en la mano.
—No, gracias, dudo que mi estómago tomara a bien que siguiera intoxicándole.
—En velda... ¿Quieres que me marche?
—No, no, para nada, me gusta la canción que has puesto.
—¿Sabes que yo ayudé a escribirla?
—¿De verdad? —se hizo la sorprendida, aunque lo sabía perfectamente.
Christopher se encontraba en el balcón de su departamento, preguntándose por qué había actuado de aquella manera tan infantil y celosa, si él no era así. Respiró profundo y volvió dentro, donde Ollie le esperaba acurrucado en la cama. Acarició a su perro con cariño y decidió darse una ducha antes de irse a dormir.
Entró en el baño, abrió el agua caliente y se despojó de su ropa, pensando que, de no haber sido un estúpido, quizá otras manos estarían haciendo ese trabajo. Se metió bajo el agua hirviendo y dejó volar su imaginación. ¿Qué habría pasado si no se hubiera ido?
Richard abrió, con un poco de dificultad, la puerta de su edificio. Las ganas de estar entre las piernas de la Diosa no le dejaban actuar con normalidad y que ella le estuviera metiendo la mano por el pantalón, tampoco.
Se habían pasado el camino a casa entre caricias, besos y mordiscos. Habían sucumbido al placer en un par de ocasiones, en varios callejones, dónde cada uno satisfizo al otro de forma rápida y discreta, haciendo que la noche sólo prometiera más y más acción.
Al entrar en el ascensor, ambos perdieron la cabeza y ganaron las ganas de desnudarse. Vee se subió la falda hasta la cintura, dejando a la vista todos sus atributos, mientras Richard se deshacía de su camiseta en cuestión de segundos. Ambos admiraron lo que tenían delante, relamiéndose los labios, y para cuando llegaron a la planta correcta, la Diosa volvió a colocarse la ropa en su sitio y caminó deficientemente mientras besaba al dominicano, que iba de espaldas en busca de la puerta de su apartamento.
Zabdiel y Afrodita, en algún momento, pasaron de la charla a los besos, de los besos a las caricias y de las caricias estaban deseando pasar a la acción, pero la necesidad urgente de ir al baño del boricua interrumpió el mágico momento, haciendo que ambos se separaran. Lovi pensó en indicarle el de invitados, pero le pareció mejor hacerle entrar a su dormitorio para después no dejarle salir.
Se tumbó en la cama y le guiñó un ojo cuando le advirtió que le esperaba en aquella poco sexy pero divertida posición.
Al salir del lavabo, Zabdiel se encontró con que Afrodita se había quedado, lo que parecía ser, completamente dormida, abrazada a su almohada de manera tierna. Él, que no quería molestar, pensó en dejar un beso sobre su mejilla y marcharse de ahí, pero no pudo hacerlo, pues ella le agarró la mano de manera instintiva y tiró de él para hacerle caer sobre la cama.
Decidió acurrucarse y amoldando su cuerpo al de ella, la abrazó. Dejó un beso sobre su espalda, algo que le hizo estremecerse y revolverse un poco, rozando así, su trasero contra el miembro semi erecto del boricua, que al notar aquel movimiento, dio una sacudida.
A Lovi se le escapó una sonrisa y siguió moviéndose, como si estuviera dormida, rozando la zona sensible de Zab, quien comenzaba a desesperarse y a acariciar el cuerpo de ésta sin pudor alguno, hasta dejar, finalmente, su mano bajo la camiseta y sobre uno de sus pechos.
Ella, que no aguantaba más aquella tortura de no saborearle, giró sobre si misma y devoró sus labios sin pedir permiso, después acomodó su pierna sobre las de él y se pegó bien al miembro, ya completamente erecto, de Zabdiel, que se quejaba por la ropa que se interponía entre ellos.
Con gran velocidad y como si hubiera adivinado que le incomodaba, Lovi se deshizo de su camiseta y acarició su cuerpo tibio con la yema de sus dedos. Después, sin darle tregua, bajó las manos hacia el botón del pantalón y se los quitó, casi con maestría, dejando al boricua en ropa interior. Su mano paseo por la gomilla de su boxer y agarró fuertemente su culo mientras con una sonrisa le mordía el labio inferior.
Un gemido activó sus alarmas, quería tenerle ya dentro de ella, sin importar los preliminares, los besos y las caricias tiernas antes de sentirse. Estiró la mano hacia su mesilla en busca de preservativos, pero no quedaban. Se odió enormemente al recordar que la última caja la había gastado con Cruz hacía unos días.
Él se levantó con prisa para recoger sus pantalones del suelo, pero tampoco llevaba ninguno, así que la Diosa salió del cuarto corriendo y se dirigió a la habitación de Atenea. Buscó por todas partes: la mesilla, el botiquín, incluso en la cocina, pero nada, no encontraba nada.
Volvió con cara lastimera al dormitorio y él con una sonrisa divertida se levantó, acarició su mejilla y dejó un beso en la curvatura de su cuello.
—No te preocupes, mami, no tenemos que hacer nada hoy... —comentó como si tal cosa; haciendo sentir mariposas en el estómago de Afrodita, que le indicaban que deseaba con ansias que todo aquello se volviera a repetir.
Atenea salió del Lilith con Fabricio de la mano y a pesar de lo agotados que habían quedado tras una noche de viernes sin las chicas, las ganas que se tenían seguían intactas.
Entre risas, bromas y juegos, Fabi agarró a la rubia, le hizo enredar sus piernas alrededor de su cintura y apoyándola sobre una pared en mitad de la calle comenzó a besarla con furia y ganas. Mordió su cuello, haciéndole cosquillas y reír. Siguió con su hombro desnudo y terminó con sus labios. Ella aguantó las ganas de gemir en más de una ocasión y al oído le pidió que no parase. Ambos observaron si había gente al rededor, pero la calle estaba vacía, así que sin decir ni media palabra, el chileno introdujo su mano bajo el vestido y uno de sus dedos comenzó a juguetear con el clítoris de ésta. Quería gritar, gemir de placer, pero para no llamar la atención de ningún vecino, decidió morderse el labio y clavar sus uñas en la piel de su pareja.
—Te quiero dentro, vamos a casa —le rogó.
Al llegar a su piso, con las piernas temblorosas por el castigo que era no tenerle dentro, se fue directamente a su habitación, sin reparar en las latas vacías que había en el comedor.
Se desnudó sin esperar a que él lo hiciera y se fue hacia la ducha, esperando que le siguiera. No demoraron mucho en salir, pues la acción la querían completa, así que ella se tumbó en la cama y él corrió hacia el cajón de la ropa interior donde Atenea seguía escondiendo los preservativos.
—Sigue siendo divertido que los escodas como si estuvieras en casa de tus papás.
—Costumbres que no puedo quitarme, que le vamos a hacer. —Se rio sin hacer mucho ruido y le miró con picardía para que dejara de hablar y se acomodara lo que tenía en la mano en el más que erecto miembro que tenía delante.
Venus le quitó el pantalón sin demora en el preciso instante en el que llegaron al estudio. Pluto maullaba y se paseaba entre las piernas de ambos, haciendo que la Diosa riera por las cosquillas que le generaba en los tobillos.
Caminaron a tientas en la oscuridad del departamento, mientras el amanecer se iba haciendo presente tras las ventanas.
Al llegar a la cama ya se encontraban desnudos, con las ganas de sentirse y la necesidad de complacerse.
Vee, que se relamía cada vez que conseguía parar unos segundos para observar su cuerpo, le empujó contra la cama y con agilidad se colocó encima, agarró un preservativo de su riñonera y se lo colocó hábilmente, mientras el dominicano, no sólo se dejaba hacer, sino que extasiado, observaba la naturalidad con la que la Diosa actuaba.
En el momento él se colocó sobre ella, y como si hubieran esperado aquello toda la vida, se retorcieron al sentir la primera estocada. Con cuidado, el moreno, comenzó a moverse. Era grande y estaba tan dura que al principio los gemidos de Vee eran más bien quejidos, así que lo hicieron despacio, con cuidado, hasta que su cuerpo se amoldó y entonces sí, las envestidas fueron duras y lentas, torturando a ambos por igual.
Al cabo de unos minutos, aunque le encantaba sentir su pecho sobre el de ella, Venus decidió tomar el control y cambió de postura, poniéndose a horcajadas sobre él y moviéndose cual amazona cabalgando un potrillo salvaje.
Al terminar, completamente agotados y sudados, Richard se acomodó el boxer y se acercó a la cocina para coger un par de cervezas. Al volver a la cama se encontró a la Diosa recostada sobre ella y observando su figura, le entregó la bebida.
—Te he traído una cerveza ¿te gusta? Sino puedo ir a por un vaso de agua...
—Tranquilo, está perfecto, pero me tendría que estar yendo.
—¿Qué, cómo por qué? ¿No vas a quedarte? —le miró de soslayo y ella terminó cediendo.
—Un ratito más, me parece bien un segundo asalto.
Erick y Joel salieron juntos de la discoteca y sin compañía. De camino a sus respectivos departamentos iban comentando el hecho de que las chicas se hubieran ido con sus amigos y como les hacía sentir aquello. Estaban ebrios, era evidente, algo que les ponía en un lugar vulnerable en el cual decían todo aquello que realmente sentían.
—A veces me lamento de no haber tenido nada más con Venus —confesó Erick—, pero en verdad me alegro de que seamos amigos.
—¿Te molestó verla con Rich?
—Un poco, no te voy a mentir, pero que no fuera a más no fue únicamente algo que decidió ella, yo estuve de acuerdo porque no sentí con aquel beso lo que debería sentirse. ¿Tú nunca pensaste en ellas de esa forma, loco?
—No, wey, siempre las vi como amigas, es lo que fueron desde el primer día y así van a seguir. Ya sabes, yo soy claro con estas cosas, o me gustan o no me gustan. Y a ellas las quiero mucho.
—¿Crees que las perdimos?
—Creo que fuimos verga. A propósito ¿Viste a Christopher cuando se fue?
—No loco, no tengo idea donde está.
—Andaba con una chica muy linda, pero de un momento a otro la trató un poco mal y se marchó sin decir nada a nadie.
—Qué raro, el Chri no es así, él siempre ha sido educado con las mujeres.
—Lo sé wey, me preocupa.
Afrodita se limpió la boca y miró hacia el frente con una sonrisa lasciva, para poder así ver la cara de satisfacción con la que Zabdiel le miraba. Comenzó a besar su abdomen en dirección ascendente mientras aún saboreaba los resquicios de su orgasmo. Sintió su respiración agitada y los latidos de su corazón desorbitados, lo que le excitó demasiado. Mordió su labio inferior al llegar a su boca y con una mirada picarona, le dejó hablar, mientras ella se acomodaba a horcajadas sobre la pequeña erección que todavía le quedaba.
—Parecías buena niña con este pijama de conejos —comentó mientras ella se relamía los dientes y se movía lentamente de arriba a abajo, provocando que su pene no quisiera descansar.
—Pues tendrás que quitármelo para dejar de parecer lo que no soy —respondió ella con una sonrisa y la punta de la lengua tocando la parte izquierda de su labio superior.
A la mañana siguiente el teléfono de Lovi comenzó a vibrar y con cuidado, para no despertar a quien dormía a su lado, se levantó de la cama, agarró el móvil y se metió en el baño.
—Selene, cariño, cuanto tiempo ¿Qué estás haciendo?
—Acabo de comprar el billete para Miami, nos veremos pronto, boluda.
—¡Qué bien! —gritó, para luego llevarse la mano a la boca recordando que alguien dormía. —¿Cuándo vienes?
—En Abril, lo estoy deseando. Oye, ¿ya vieron a los chicos?
—Zabdiel está ahora mismo durmiendo y no puedo contarte mucho, me tuve que encerrar en el baño para no despertarle.
—¿Me estas jodiendo? No me jodas con eso boluda.
—Le tomaría foto si no estuviera desnudo... —Un grito fuerte al otro lado de la línea obligó a Afrodita a alejarse el aparato de la oreja.
—¿De verdad que no me estás jodiendo?
—No —dijo entre risas—, pero tranquila, el plato fuerte aún te espera.
—¿Ninguna anduvo con Chris?
—Nope, te lo dejamos todito para ti. —Dijo como si nada, aunque por dentro, lamentaba que hubiera sido así.
Tranquila Selene... Chris espera por ti 😅😅😅
Rich y Venus ni que decir...ellos hicieron todo 😅🔥🔥🔥🔥
Antena sí hubieses dejando aunque sea uno en algún lugar que no fuese el cajón de tus prendas íntimas Zabdiel y Afrodita hubieran completado toda la acción Jajaja
Wow!! Aquí sí hubo acción!! 🔥🔥🔥
Esto está muy 🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥