Capítulo 21 Las chicas del gym
- denovelasvalacosa
- 16 mar 2021
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Afrodita alzó la mirada y se topó con esos ojos marrones una vez más. Contuvo la respiración tratando de calmarse, el pulso se le había acelerado sobremanera y las manos le temblaban.
—Brother, creo que tuve un déjà vú. —Venus sonrió y mordió la punta de su dedo para calmarse.
—En velda, yo también lo creo papi.
—Richard —dijo la chilena a modo de saludo.
—Idlu —respondió él, mientras Afrodita y Zabdiel seguían mirándose a los ojos fijamente.
—Zabdiel, ¿verdad? —preguntó, puesto que nunca se presentó oficialmente.
—Sí y tú eres Lili, la “amiga” de Joel.
Lovi se atragantó con su propia saliva al ver como alzaba las cejas a la hora de decir la palabra amiga y aguantó la risa, al igual que Vee, que tuvo que morderse nuevamente el dedo.
—¿Dónde están, por cierto? —Rich volvió a la realidad cuando la chica que tenía en frente preguntó por sus amigos, obviando su presencia.
—En una zona VIP por allá —respondió mientras señalaba a la izquierda, —las acompañamos.
—Perfecto, pero dejen que pidamos primero unos tragos, estamos sedientas.
Tras un par de rondas de chupitos de tequila, al final se movilizaron, copa en mano, y se dirigieron hacia el reservado donde el resto del grupo se encontraba.
Las Diosas, al ver a sus amigos bailando, se lanzaron rápidamente a sus brazos, algo que ocasionó que más de uno torciera el morro, pues no estaba del todo contento con la situación.
Christopher se acercó para presentarse, pues tampoco lo había hecho de forma oficial con anterioridad, y se quedó con la boca abierta, al igual que Richard y Zabdiel, cuando estas lo hicieron con sus verdaderos nombres.
—¿Venus no es como se llamaba una de las chicas del gimnasio? —preguntó el boricua un tanto confuso.
—¿No es con la chica con la que salió Erick, bro? —los cuatro amigos aguantaron la risa mientras observaban las reacciones y las cavilaciones de cada uno de ellos.
—Afrodita y Venus son las Diosas del amor, qué bonita coincidencia —comentó Christopher antes de darse cuenta—. Espera, espera, compadre, ¿Las chicas del club y las del gimnasio son las mismas?
Al ver la cara del ecuatoriano, que fue el último en darse cuenta de lo que pasaba, no pudieron aguantar más y comenzaron a reír a carcajadas, haciendo que estos se pusieran aún más serios.
—No se molesten, fue solo un chistecito. Sí, somos las chicas del gimnasio y las chicas del club.
—Por eso te coqueteaban tanto, ¿nos engañaron?
—¿Y tú lo sabías, Erick?
—Yo me enteré de casualidad, no sabía nada cuando estuvimos en el Lilith.
—¿Por qué no me dijiste nada compadre?
—Lovi me amenazó de muerte. Si lo contaba se les acabaría el chiste y bueno... obedecí.
—¿Quién diablos es Lovi? —Afrodita levantó la mano con inocencia.
—Venga chicos, no os enfadéis, sólo fue una bromita inocente porque no dejaban de joder a Joel con que tenía algo más con nosotras, así que vimos la oportunidad y la aprovechamos.
—¿Para burlarse?
—Para jugar, no sean dramáticos. —Respondió Vee encogiéndose de hombros y restándole importancia—. Ahora vayamos a bailar que para eso vinimos acá.
Unas horas más tarde y varias rondas de tequila después, Afrodita le preguntó a Venus si quería ir a dar una “putivuelta”, palabra que las españolas utilizaban para indicar que pasearían por la sala en busca de algún chico interesante al que hincarle el diente.
Erick, que era el único que entendía el concepto, ya que lo había escuchado en alguna de las series que solía ver, se acercó a Chris y le dijo:
—Estas mujeres, loco, no pierden el tiempo.
—¿Qué quieres decir?
—Que se fueron en busca de hombres.
—¿Otros hombres? ¿Qué no somos suficiente para ellas? —preguntó algo ofendido.
—Al parecer no, brother.
Pero no podía estar más equivocado. La verdadera razón por la que Lovi propuso bajar a la pista, fue para alejarse de las ganas constantes que tenía de besar a cualquiera de los tres. Si bien Chris siempre había sido su ojito derecho, conocer a los chicos en persona le hizo verles con otros ojos. Llevaba años soñando con tenerles en frente, con bailar con ellos como llevaba haciendo las últimas horas; años de risas con sus amigas comentando como haría para enamorar a Christopher y como serían su boda y los cuatro hijos que tendrían, pero ahora que todo aquello podía ser real, el miedo de ser rechazada era demasiado alto, así que decidió obviarlo e ir en busca de alguien más asequible.
Venus aceptó, no porque no quisiera tener algo con ninguno o porque pensara que no sería capaz de conseguirlo, sino porque sabía perfectamente que todas las chicas que se acercaban a ellos se lo hacían demasiado fácil y para diferenciarse del resto, el ser algo difícil de alcanzar le haría más deseable. Además necesitaba un descanso para su pobre corazón, ya que cada vez que cualquiera de ellos tocaba una mínima parte de su cuerpo a la hora de bailar, el pulso se le aceleraba tanto que en cualquier momento podría explotar. O al menos era lo que ella sentía.
—Amor, no me aguanto más ¿me acompañas al baño?
—Recién me pareció ver a Rich pasar ¿te molesta si te espero con él?
—No, tranquila, vuelvo en cinco.
Lovi fue hacia el baño con prisa y apoyada en el marco de la puerta, esperó a que algún cubículo se vaciara.
Venus caminó en la dirección en la que le había parecido ver a Richard y se lo encontró atrapado entre una rubia y una morena, lo que le hacía parecer terriblemente incómodo. (Entiéndase la ironía). Vee, que sintió una punzada en la boca del estómago al ver aquella escena, decidió pasar por delante, como si no le hubiera visto y sacudir su larga melena en el preciso instante en el que cruzara por su lado.
Richard, que reconoció su figura al instante, quiso salir volando de ahí y correr tras ella, pues por alguna extraña razón era incapaz de sacarse de la cabeza a ninguna de las tres Diosas.
La chilena continuaba su camino en dirección a la zona VIP, cuando una mano atrapó su cintura y un cuerpo se pegó a su trasero. Quiso voltear para lanzarle una buena cachetada a quien osaba bailar así con ella de manera tan descarada, pero al escuchar su voz todo el cuerpo le tembló y su bello se erizó por la caricia de su respiración.
—¿Dónde vas?
—Con mis amigos.
—Creo que tus amigos pueden esperar.
—Y yo creo que uno de ellos no puede esperar tanto —se giró para quedar frente a frente con el dominicano y le preguntó: —¿Puedes?
—I don't think so...
Ambos se dejaron llevar por la bachata que sonaba en el momento y odiaron tener en su mano cada uno una copa, pues no podían disfrutar de aquel sensual baile como se merecía.
Christopher bajó las escaleras y se dirigió a los servicios. La puerta estaba abierta y el lugar vacío, así que tras hacer lo propio, se lavó las manos y se empapó la cara, ya que estaba sudando tanto que le picaban los ojos.
Afrodita salió del baño de mujeres, que quedaba justo en frente, y se rio a carcajadas al encontrar a un chico demasiado coqueto mirándose al espejo y tirándose un beso como muestra de amor propio.
—Debería cambiarte el nombre. Sí, a partir de hoy serás Narciso. —Christopher se giró, avergonzado pero sonriente.
—Que chistosita.
—Y tú que guapo —respondió sin pensar cuando él quedó frente a ella. Los ojos del ecuatoriano se abrieron de par en par y las cejas se elevaron con sorpresa.
—Gracias, bella, pero no me digas esas cosas o me pondré rojito.
—Guapo, guapo, guapo, guapo — canturreó ella como si tuviera cinco años.
—¿Ya viste? Me pusiste rojito.
—No sé, no lo veo —se acercó un poco para comprobar si el color de su tez había cambiado y con una caricia en su mejilla, miles de sensaciones se activaron.
Se alejó de él de forma brusca, como si se hubiera dado cuenta en ese momento de lo que estaba haciendo y avergonzada quisiera huir. Chris, sin embargo, se quedó con los ojos clavados en su sonrisa tímida, hasta que ella comenzó a caminar hacia el centro de la pista.
—¿Quieres bailar? —le preguntó la morena.
—Creí que nunca me lo pe... —la frase quedó inconclusa cuando una pelirroja tropezó y calló sobre él.
—¿Estás bien?
—Ay, sí, disculpa, iba al baño cuando... I don't feel really well. —Lovi se quedó mirando a la mujer con suspicacia <<Vaya truco más sucio y viejo, señorita>> pensó.
—¿Quieres que te acompañe? —preguntó educadamente aun sabiendo que era una treta.
Ella miró por primera vez a la Diosa, parecía que no hubiera notado su presencia hasta aquel momento. Después negó con la cabeza y volvió a mirar a Chris, quien no podía sacarle los ojos de encima.
—No, gracias, creo que debería salir un poco para que me de el aire. ¿Me acompañas? —el ecuatoriano asintió y como buen caballero, se dispuso a salir con ella. Al ver que Afrodita no se movía del lugar le preguntó si saldría con ellos, pero enfadada con las circunstancias negó con la cabeza.
—No, creo que es mejor que vaya con Jojo y Erick, deben estar preguntándose donde estoy. —Él tragó saliva bruscamente, era obvio que el tono que la española usaba no era alegre, así que simplemente asintió y siguió a la pelirroja que tiraba de su mano.
Subió las escaleras mascullando en su cabeza todo lo que quería hacerle a la tipa que se había inmiscuido en sus asuntos con el cantante y sin mirar al frente, para más detalles, lo que hizo que una vez más tropezara con un torso que ya parecía conocido.
—En velda creo que deberíamos dejar de vernos así —le dijo Zabdiel cuando ella bajó un escalón y alzó la mirada.
—Perdona, iba pensando en lo que no debía. —Le regaló una sonrisa sincera y él se la devolvió, borrando así de su memoria cualquier malentendido anterior.
—Estaba yendo a por un trago ¿Quieres acompañarme?
—Claro, necesito algo de tequila —respondió ella dejándole paso.
—¿Mal de amores?
—No, que va, es sólo que amo como me quema por dentro —bromeó.
—Está bien, te acompaño en esta.
Quitémonos la ropa estaba sonando y Vee sólo podía pensar en hacerle caso a Dani J y arrancarse el conjunto que llevaba puesto. Las manos de su acompañante, posadas al borde de su trasero, la tentaban de tal manera que en lo único que podía pensar, en ese momento, era en que aquellos hermosos y carnosos labios que tenía en frente, le hiciesen mil maravillas.
Richard, por su parte, comenzaba a tener demasiado calor en la entrepierna, además de un dolor terrible, que sólo podría solventar haciendo todo lo que por su mente estaba pasando mientras las caderas de Vee se contoneaban.
Ambos se miraron fijamente, primero a los ojos, después a los labios y con ellos entreabiertos no dudaron ni un segundo en perderse en sus bocas.
Los besos apasionados terminaron de encender los cuerpos de ambos que se quejaban y reprochaban el no estar en un lugar más íntimo.
Zabdiel y Lovi pidieron un par de rondas. Con la primera el brindis fue el habitual, con la segunda, Afrodita, que estaba lanzada y borracha, le agarró la mano, lamió, espolvoreó la sal y volvió a lamer, tomó su bebida y chupó su lima. A continuación, el boricua, siguió sus pasos y pidió una ronda más.
Mientras esperaban y conversaban, la mirada de la Diosa se perdió por la sala, encontrando así a su amiga entre los brazos del morenazo. Bailaban con las frentes pegadas y... entonces lo vio, un beso de película que le hizo maldecir por no ser ella a quien besara con tanta pasión. O por no estar en la misma situación.
Zabdiel, que también les encontró con la mirada, por alguna razón tuvo el mismo sentimiento que Lovi. Por un lado deseó ser Rich, por otro, repetir sus actos.
Christopher volvió a la sala al ver que Sherry, la pelirroja, ya se encontraba mejor. Estaba deseando encontrar a quien le había invitado con anterioridad a bailar, pero su nueva amiga le siguió, agarró su mano y tiró de él hacia la barra.
—¿Tomamos una copa antes de que me dejes solita? —Quiso decir que no, que tenía cosas que hacer, pero esos ojos azules que tanto brillaban le hicieron cambiar de opinión.
La siguiente ronda de shots llegó y en esta ocasión Lovi dio un paso más. Le pidió a Zabdiel que se agachara, se puso de puntitas y agarrándose a sus brazos, lamió el cuello del muchacho, lo que degeneró en un sin fin de sensaciones en ambos cuerpos. Espolvoreó la sal y esperó a que él hiciera lo mismo. Después, con el vaso y la lima en la mano, la recogió con su lengua, acción que el boricua repitió y sin quitarse los ojos de encima, bebieron.
Algo se revolvió en el cuerpo de Afrodita, haciendo que cerrara los ojos por un segundo, pero no le dio importancia cuando vio a Zabdiel con el pedazo de lima entre sus dientes y en la dirección opuesta, lista para que fuera ella quien lo chupara.
Le gustó estar a pocos milímetros de sus labios, pero quería más, así que colocó la pieza que aún tenía en la mano de la misma forma y cuando él se agachó para chuparlo, lo dejó caer. El boricua, sin alejarse, miró sonriente a su acompañante y con una necesidad lujuriosa, la besó.
Christopher, que se encontraba al otro lado de la barra, tuvo el amargo placer de ver toda la escena, dejando así en la nada las intenciones que tenía.
Un poco molesto, se tomó de un trago la copa que acababa de pagar y dispuesto a volver al VIP, se topó con otra situación que tampoco le hizo gracia. Venus y Richard en medio de la pista comiéndose a besos sin ningún pudor.
Se soltó con rabia cuando Sherry intentó que no se fuera de allí sin ella y en el proceso tiró la copa de ésta al suelo. De mal humor, y dejando a la chica con una expresión de terror, salió por la puerta, airado, algo que sólo pudo apreciar Joel que, desde la zona VIP, observaba a todos sus amigos con total expectación.
Venus, que no aguantaba más las ganas, agarró de la mano a Richard y apartando a todo el que se cruzaba en su camino, se metió en el baño, que milagrosamente estaba vacío y le arrinconó entre las cuatro paredes de uno de los cubículos.
Las manos inquietas y juguetonas del dominicano comenzaron a hacer su trabajo, mientras ella, con desesperación le quitaba la camiseta. Sentía la necesidad de tocar sus músculos y analizar sus tatuajes con la punta de la lengua.
Por su lado, Lovi, tuvo que separarse de Zabdiel al sentir que algo que acababa de entrar, estaba deseando salir.
Sin decir nada, corrió hacia el servicio y entró a toda velocidad en uno de los cubículos vacíos, dejando en la taza hasta la primera papilla.
Las arcadas continuaban mientras Zabdiel, que le había seguido, le preguntaba desde la puerta si necesitaba algo.
—Mi bolso, necesito mi bolso. —Le pidió para que se marchara y dejara, así, de escucharla vomitar.
Vee, que se encontraba en la cabina de al lado, aguantando los gemidos que las caricias de Richard le estaban provocando, escuchó y reconoció aquella voz, así que cortando en seco lo que estaba haciendo, preguntó:
—¿Lovi, eres tú?
—Sí... —arcada—, estoy bien... —arcada—, es sólo un... —no pudo seguir hablando.
Vee volvió a acomodarse la falda y dejando con ganas de más al dominicano, el cual entendió perfectamente la situación, salió de su lugar para tocar la puerta de la cabina en la que su amiga se encontraba.
—¿Quieres que pase?
—No, odio que me vean así, le... le pedí a Zab que fuera por mi bolso, me voy a casa.
—Claro, claro, y yo me voy contigo. —Rich abrazó por detrás a la chilena y besó su cuello, haciéndole entender que cumplir sus palabras le costaría mucho.
—No, no hace falta —respondió ella mientras tiraba de la cadena y se limpiaba la boca con papel. —Estoy bien, ya me siento mejor.
Salió para enjuagarse la boca y limpiarse la cara y se sorprendió al encontrarse ahí con Richard.
—Rich, tienes la camiseta del revés —le dijo.
Él se miró instintivamente y la española comenzó a reír.
—Era broma.
—Ya estoy aquí. Tu bol... —Zabdiel se quedó callado en el momento en el que vio a su amigo abrazando Venus y a esta mirando como su amiga se retocaba el maquillaje.
—Gracias Zab. Creo que me voy a casa, será lo mejor. No debí beber tanto esta noche, hace mucho que no lo hago.
—No te preocupes, mami, yo te acompaño —le dijo mientras le entregaba sus cosas.
—No es necesario, estoy bien. —Abrió un paquete de chicles que tenía y se metió tres de golpe.
—Yo la acompañaré, podría decirse que vivimos juntas.
—Insisto, por favor, déjenme que la acompañe.
—Está bien, está bien, no os peleéis por mí —bromeó—, me iré con Zabdiel si él quiere y así tú puedes seguir haciendo lo que fuera que estuvierais haciendo.
Mientras tanto Joel: que buena vista, de aquí veo todo 😅😅
Rich y Venus quedaron con las ganas 😅😅😅
Afrodita...mal momento para ponerte mal 🤦😅😅😅
Pobre Chris, por irte con la rubia perdiste a la diosa noche 😅😅
Jajajaja mal para él 🤣🤣🤣