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Afrodita-Lili

Afrodita-Lili

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Venus-Idlu

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Atenea-Lilu

Capítulo 1 Miami

  • Foto del escritor: denovelasvalacosa
    denovelasvalacosa
  • 21 nov 2020
  • 8 Min. de lectura

Tras más de ocho horas y media de vuelo finalmente Venus y Tebbi llegaron a Miami desde el aeropuerto de Santiago. Eran las cinco de la mañana y el niño estaba molesto porque quería seguir durmiendo. Su madre le había despertado para bajar del avión y coger las maletas. Caminaron mientras el bebé lloriqueaba que quería volver a dormir y llegaron hasta las cintas transportadoras donde las maletas, junto a los sueños de Venus, llegaban. Las subió al carrito y colocó a su hijo como pudo sobre ellas.

-Tebbi, sujétate fuerte para que no te caigas o vas a tener que caminar - le dijo mientras le empujaba.

Afrodita vio aparecer una pila de maletas y un niño sentado sobre ellas en un carrito que parecía que andaba solo.

-Ese es Tebbi, estoy segura- le dijo a Atenea. Ambas amigas se acercaron a la montaña de plástico y encontraron a una Venus ojerosa y agotada tras ella. La sonrisa se instaló en la cara de las tres y se dieron un gran y fuerte abrazo.

-¡No me puedo creer que estemos ya aquí !- gritó Afrodita cargada de entusiasmo y esperanza.

-Hemos soñado tanto con esto, yo tampoco puedo creer que estemos aquí- contestó Venus.


DOS AÑOS ATRÁS:

-Afrodita de mi corazón ¡Son unos bebés, deja de stalkearles!- le reprochó Atenea. -Llevo preguntándote diez minutos si quieres que nos pongamos el karaoke.

-Ah! Sí, por supuesto. Podríamos intentar cantar alguna de CNCO.

-Dios mío que pesadita estás con esos niños, de verdad. No me sé ninguna de memoria, pero supongo que algo recordaré de tanto que me torturas.

-¡Oye! No te pases, ellos no son ninguna tortura...

-Puta loca, venga enamorada de la vida, ¿Qué canción pongo?

-Pues nuestra canción, para que dejes de dar por culo-. Contestó Afrodita con el ceño fruncido.

-Ah, ves, así si me has convencido. ¡Pues Hey DJ! Entonces-.

Tras una sesión de karaoke en la que cantaron desde la banda favorita de la diosa del amor, hasta canciones flamencas, Atenea se dispuso a hacer la cena. -Tu quédate viendo la tele si quieres, luego te toca fregar-. Le contestó con un gesto que denotaba desaprobación. Afrodita cogió su teléfono y entró en Instagram, buscando en explore cualquier cosa relacionada con Christopher Vélez, su amor platónico del momento.

- ¡Deja de tocarte, que estás en mi sofá! - le gritó su amiga desde la cocina.

- ¡Tranquila, estoy leyendo, me tocaré en la ducha que es más higiénico para todos! -. Ambas rieron a carcajadas. Finalmente encontró una publicación que le llamó la atención. Parecía una conversación de Whatsapp en la que podía verse una foto de Chris al lado izquierdo. Una historia contada a través de falsos chats. Entró al perfil de la creadora de dicho contenido y vio la cantidad de novelas que había publicado. -Lo marco para leer esta noche- se dijo a si misma.


Venus veía a su hermano pequeño y a su hijo bailar con los dibujitos de la televisión cuando por aburrimiento comenzó a ver las historias de Instagram. Chris había subido nuevo boomerang. La siguiente historia también llamó su atención, una publicación sobre una chica que escribía novelas basadas en su CNCO favorito y T/N. Leyó por un rato y decidió seguir dicha cuenta de la que poco después se hizo fan indiscutible.

Unos meses más tarde, ambas chicas estaban completamente obsesionadas con los relatos que Chirsfanpageok publicaba, diferentes, innovadores y muy, muy calientes, cuando el peor momento en la vida del planeta estaba por llegar, una pandemia que dejaría en jaque a la humanidad y que nos paralizaría a todos por completo.

Afrodita sola, compartiendo piso con unos desconocidos a miles de kilómetros de su familia y sus amigas, Irlanda. Venus, en casa, con su familia, pero más sola que nunca.

Yanina, la administradora de aquella cuenta, escribió en sus stories que crearía un grupo en whatsapp para toda aquella que se aburriera en la cuarentena y quisiera conversar. Ni Venus, ni Afrodita dudaron un segundo en unirse a ese grupo en el que un montón de alocadas fans de CNCO comentaban a diario sobre sus vidas y la de los chicos.

El 26 de Marzo de 2020 Venus tomó una decisión que, jamás pensó, iba a cambiarle la vida. Movida por la curiosidad sobre cómo era viajar a otro país y vivir conociendo otra cultura, le mandó un mensaje privado a Afrodita.

[Oye bella, te puedo hacer una consulta?] escribió como primer mensaje.

[Sí, claro, dime].

[Me entró la curiosidad, ¿Cómo es cambiarse de país?] preguntó Venus curiosa.

[Pues depende de cómo seas tú. Yo soy nómada por naturaleza, me gusta viajar, conocer mundo, entonces decidí probar en otro país. Pero hablar en inglés me agota] confesó Afrodita.

[Lo más que he logrado es cambiarme de ciudad jaja, pero pretendo irme de Chile apenas mi bebé tenga 3-4 años]. Afrodita, consejera siempre de quien no le pregunta, le dio unos consejos, valga la redundancia, sobre que debía hacer si quería cambiar de país.

Tras esa conversación no dejaron de hablar durante días. Ambas se adoraban.

Un día, a modo de broma, Afrodita le contó a Venus que había pensado en comprar un billete de ida a Miami para conocer a los chicos, ya que tenía un familiar viviendo ahí. [Llévame] contestó sin dudar su nueva amiga.


-Bueno, pero ¿Quién está aquí? - preguntó Atenea mirando al pequeño Tebbi.

-Cómo has crecido bonito.

-¡Tenea!- gritó el niño y se lanzó a sus brazos.

-¿Qué es esa carita mojada? ¿Has estado llorando?- le preguntó mientras secaba sus ojos.

-Parece que adora a tu hijo- le dijo en un susurro Afrodita a Venus.

-¿Cómo no voy a querer yo a esta bolita?- contestó Atenea apretando los cachetes del pequeño. -¿Qué tal el vuelo Vee?

-Tranquilo en verdad, por suerte este pequeño Taz se durmió tras las tres primeras horas, le puse una película en la tablet y cayó muerto.

-Y tu con él, seguro- apuntó mordaz Afrodita.

-Como me conoces-. Respondió su amiga rodando los ojos y con una gran sonrisa burlona.

Se dirigieron hacia la salida, ayudando a Venus con las maletas. Tebbi se volvió a sentar sobre las dos que quedaban en el carro y se agarró fuerte.

-¿Pero qué te has traído, toda la casa?- preguntó Atenea. -Creo que las mías pesan la mitad-. Venus se rio y contestó:

-Bueno, yo tengo un hijo que crece en un abrir y cerrar de ojos y preferí venir con todo lo necesario para él po. Las mías no pesan tanto.

-Pues serán las que llevas en el carro bonita, porque madre mía- terminó por decir Afrodita.

-Adita tu no me has dado un beso- le dijo el niño haciendo pucheros.

-Mi amor, estabas muy cariñoso con Tenea y a mi no me has dicho ni hola- respondió ella poniendo la misma cara que el niño. Este se rio a carcajadas y estuvo a punto de caer por soltarse para tapar su boca.

-Aaah!- Se le escuchó gritar antes de volver a sujetarse.

-Joder, Tebbi no te sueltes del carro, te vas a sacar la mierda-. Atenea y Afrodita miraron con los ojos abiertos a Venus y se rieron sonoramente.

-Vaya boquita tienes niña, ¿tu madre no te la lavaba con lejía?- dijo Afrodita entre risas.

-Que la coja mi madre, le deja los morros como los de las bratz a base de ostias, por mal hablada- añadió Atenea.

-Mademoiselle, su carruaje- dijo un chico mientras abría el maletero. Los ojos de Venus recorrieron el cuerpo de aquel hombre de arriba a abajo y después sacudió la cabeza para concentrarse.

-Gracias mi amor- respondió Vee. Afrodita repasó con ojos lujuriosos a su amigo, al igual que Atenea, pues era inevitable no hacerlo ante tremendo hombre.

-Un placer mis hermosas damas. ¿Vamos a casa? Supongo que están cansadas-. Tebbi, que era el único que no había desaparecido mentalmente de ahí, preguntó.

-Bayan, ¿eles médico?- Bryan desvió la mirada hacia el pequeño renacuajo que le hablaba y contestó.

-¡¿Qué, por qué preguntas eso campeón?!

-Poque mamá, Tenea y Adita taban hablando de una vacu...- En ese momento Venus reaccionó y corrió a taparle la boca a su hijo.

-Vamos a dormir, estás cansado-. Le dijo aún con vergüenza en su tono.

-¿Una qué?- Insistió el joven risueño.

-Estábamos hablando de que nos queríamos dar un baño que nos curase el dolor de espalda y comentamos que ojalá tu te hubieras acordado de hacernos felices... digo, que hubieras pensado en eso y nos la hubieras dejado calentita-. Él con un gesto curioso, alzó una ceja y se echó a reír. -¡La bañera!, quiero decir el agua de la bañera-. Prosiguió Afrodita roja como un tomate.

-Ay chicas, que ganas tenía de verlas-. Dijo mientras seguía riendo.

Las diosas querían matar a Tebbi, había estado apunto de contarle a su “nuevo” amigo, Bryan Batista, todo lo que habían pensado hacerle. -Una lastima que esté casado y con hijo- susurró Atenea. Sus amigas asintieron, todas lo lamentaban y no era para menos.


Bryan se hizo amigo de Afrodita una noche de fiesta en Nueva York hacía, en ese momento, casi dos años. Habían congeniado muy bien y la morena pensó que ese bombón podría ser suyo, hasta que vio la alianza en su mano.

-Bryan... ¿estás casado?- preguntó un poco apenada.

-Te dije que me llames Batista, Bryan me recuerda a mi madre...- rio. -Sí y hace un año que soy padre. La verdad es que adoro a mi familia-. En ese momento la muchacha se vino a abajo y pensó en dejar al chico y lanzarse en busca de otro candidato que le hiciera disfrutar de la noche neoyorquina, pero no pudo. Los ojos azules de su nuevo amigo la tenían atrapada, no podía dejar de mirarlos, únicamente lo hacía para intercalarlos con su boca, con esos labios carnosos y esa sonrisa perlada.

-¿Donde está tu mujer?- preguntó con curiosidad Afrodita.

-En Miami, yo vivo ahí, vine por negocios y de hecho, esta es la fiesta post reunión-. Que hombre más interesante pensó, una lástima que estuviera cogido y enamorado.

-¿Así que hombre de negocios?

-Algo así, digamos que me hice famoso en las redes sociales y bueno, ahora me ofrecen cosas divertidas que hacer o promocionar-. “Vale, otro influencer más”, pensó y se le apagó un poquito la llama.

-Ah! Que interesante...

-No te creas, me encantaría tener algún día mi propio negocio. No me gustaría vivir únicamente de esto y que luego todo se fuera a la mierda-. Esa respuesta captó de nuevo la atención de Afrodita y se le quedó marcada por años.


-Oye Batista, gracias por tu ayuda. De verdad, de no ser por ti...- le dijo su amiga desde la parte de atrás del coche.

-Para eso están los socios ¿no?- Afrodita asintió y recordó el día que se conocieron, nuevamente. Adoraba ese recuerdo. Había sido la mejor noche de su estancia en Nueva York y la mañana siguiente no se quedó atrás cuando ambos salieron a desayunar y a pasear por el High Line. Batista la llevó a un restaurante llamado Harlem Shake, situado obviamente en Harlem, el cual tenía un aspecto de película de los años cincuenta.

-Me recuerda al restaurante de Grease-. Le dijo cuando entraron por la puerta.

-Me encanta esa película-. Contestó él. Se sentaron en una mesita y pidieron dos hamburguesas y dos raciones de patatas con queso. -Me encanta esto del brunch- dijo con los ojos azules fijados en la comida -desde que llegué de Cuba me he vuelto un aficionado y ahora ya no desayuno, siempre hago brunch-.

Afrodita sonrió para si misma al recordarlo. Esa noche conoció a una gran persona, alguien que le ayudaría a ella y a sus amigas a cambiar de vida.

 
 
 

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1 Comment


Yeslin Vela Andrade
Yeslin Vela Andrade
Feb 24, 2021

❤️❤️❤️

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